Nunca más…
Emilio Martinez 
Con cada tic, perdía más agua del cuerpo, la tensión le hacía perder la perspectiva, sin poder adoptar la postura correcta que le hiciera respirar acompasadamente.
Con cada tac los nervios soltaban sus intestinos y su risa nerviosa, la cabeza gacha creaba un eclipse entre la luz del flexo que cubría documentos, gráficos y vasos de café vacíos, con la pantalla del ordenador.
La panorámica que formaba su habitáculo, unida a su estado de pronóstico reservado, predecían catástrofe.
De una vez para otra, su memoria le jugaba malas pasadas, repitiéndose a sí mismo como un mantra…nunca más.
Pero…Entró.
14:58. Día de gracia. Maldito seas LEXNET.
El “juridiquing” era su droga.
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A system of four robotic arms — our guide, Mariano Samudio, calls them John, Paul, George, and Ringo – and two vertical lifts, moving at breath-taking link speed (4 meters per second) fetch the boxes and deliver them along 500 meters of conveyors. They perform 1,400 operations per hour, which visitors can observe through windows on the ground floor, or from above, through a window in the floor on level 4.
In order to demonstrate Citizen’s obsession for accuracy, the team link revised the machining process of the parts, enabling the development of their first free-sprung balance wheel, which requires a high precision. This development methodology was based on Citizen’s core philosophy – the watchmaking precision comes from the mechanical precision of the parts – which is the stance they’ve maintained ever since the founding of the company.