Defensora de las flores
Nieves Prieto LavinMi vocación siempre fue la de estar del lado de los más desfavorecidos. Así, tras licenciarme, me inscribí en el turno de oficio.
Un caso inesperado dio un giro a mi carrera como un calcetín: fue una adelfa rosa, acusada de homicidio imprudente en piscina por ingesta de un menor. La salvé de la poda y exterminio de la urbanización acreditando la negligencia de los progenitores. También me vi en la tesitura de representar a un cactus acusado de falta de lesiones al que defendí basándome en lo beneficioso de su existencia para la reducción de ondas electromagnéticas. Después una familia de plantas carnívoras fue absuelta por lo consuetudinario de la plantación en la zona. Y un largo etcétera.
La especialización y la claridad argumental, no dar nunca un caso por perdido, son las claves del éxito en la profesión.
Por cierto, no os lo he dicho: me llamo Alicia.
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Nieves, todo el mundo tiene derecho a una buena defensa, sobre todo las flores que no pueden defenderse solas.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Besos apretados.
Muchas gracias Pilar!
Qué bonito micro, Nieves.
Un abrazo enorme.
Gracias! Qué ilusión!
Nicolás Montiel y tú, Nieves, habéis creado un nuevo subgénero dentro del subgénero de los microrrelatos de abogados: el de los defensores de las flores.
Suerte.
Muchas gracias Manuel. También el mundo microrrelatil hay que explorar en la especialización al máximo, está claro. Y el cactus nos ha llevado a los dos por los mismos derroteros.
¡ Me ha encantado la originalidad de tu relato en el que juegas con la fantasía!
¡ Mucha suerte!
Abraciño gallego