Pilar de apoyo
ELENA BETHENCOURTEl abogado comienza su alegación: Mi defendida, Pilar García, amaba a su marido, su vida con él fue ejemplar, una colección de alegrías e ilusión.
Como su propio nombre indica, fue un pilar para él, le brindó su ayuda en todas las decisiones vitales, lo animó siempre a dar un paso adelante, no cesó de proteger su matrimonio contra las malas lenguas ni de alentar sus proyectos por muy locos que parecieran, aunque algunos traspasaran su umbral del dolor.
Por eso, cuando aquella mañana lo vio desnudo encaramado al alféizar, por supuesto no pensó que viniera de la casa de la vecina, parecía más bien no decidirse a saltar, y ella, como esposa agradable, abnegada y complaciente, le dio el último empujón.
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¿Demasiado inocente o demasiado lista? Sea como sea un relato con chispa, humor y picardía.
Ahí va mi voto incondicional.
Muy bueno.
Ay, qué sería de la complacencia si no fuera por esos empujoncitos.
Eso sí que es apoyar a muerte… Muy bueno. Mi voto y suerte.