Imagen de perfilEl peso de la injusticia tiene límites

Antonio Presencia Crespo 

A esas alturas del proceso no me alarmó que la otra parte presentara un testigo falso. Tampoco me asusté demasiado cuando vi el neceser, el pasaporte y las otras pruebas manipuladas.

Lo que verdaderamente me produjo una profunda sorpresa y desamparo fue percibir que la balanza de la Justicia representada en el tapiz que presidía la Sala de vistas, hecha de trozos de tela, se iba inclinando del lado de mi adversario, el encausado.

Sin embargo, fue tal la cantidad de abusos de la parte demandada que el platillo de la balanza se descolgó por el peso y cayó al suelo. El estruendo del enorme platillo de paño, convertido sorprendentemente en hierro, sacó de su temporal letargo al tribunal, y los jueces pusieron freno a los desmanes. También yo recuperé al instante el color del rostro, el calor del cuerpo y la esperanza en la Justicia.

 

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