Nuevas competencias
laura pilato rodríguez La gente se apiñaba delante de la oficina de recursos humanos.
Intenté entrar pero un hombre me increpó:
– «Póngase a la cola».
Era mi primer día de trabajo y no quería ponerme a sentenciar, pero aquellos exaltados con su glosario de proclamas, no me lo ponían fácil.
Como medida cautelar llamé a la calma.
-«Calma?, gritó una mujer. Yo tengo tres bocas que alimentar, que voy hacer si me despiden?
– Nadie habló de despidos.- Dije en tono conciliador.
– No sea ingenuo, para eso han contratado al nuevo abogado, para echarnos a la calle.
Me quedé helado, esa era mi labor, un despido masivo.
Entré en la oficina y al instante presenté mi dimisión.
Al salir, repartí tarjetas de visita entre el gentío allí reunido,y me fuí a mi casa,cual héroe victorioso, seguro de que como abogado laboralista no me iba a faltar trabajo.
+4
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.


Laura, no sé si a tu protagonista le va a ir bien como abogado defendiendo a los despedidos, pero seguro que se siente mucho mejor como persona.
Buen relato. Suerte.
Besos.
¡Muchísimas gracias Pilar! Un besito.
For a few years he thought he was just into IWC, the brand, “how they’ve done such a good job making everything aesthetically consistent and cohesive.” link But by the time he had five of them, and two Tudors (“I like how people who know know they’re kind of like Rolexes, but that most people don’t know this, so they’re sort of understated”) he had to admit that he didn’t just have an IWC thing or a Tudor thing. He had a watch thing.