RUTINA ABOGACIL
IRENE OROMÍMe friego los ojos con la ayuda de la manga de la camisa. Llevo horas delante del ordenador. Parpadeo para aliviarme. Formo parte del equipo jurídico encargado de redactar el acuerdo de fusión de dos gigantes tecnológicas. La alianza es estratégica. El compromiso y la solidaridad de la unión les hará pioneras en su campo. Fortalecer el aspecto financiero y de personal, y cooperar en el área comercial, fondos e inversiones son ventajas competitivas que lograr a corto plazo.
El móvil suena. Un cliente del programa de apoyo jurídico ha sido detenido. Pregunto, pero no me dicen por teléfono de qué se trata. Guardo el documento, agarro el portátil y lo meto en el maletín. Con las llaves en la mano salgo a toda prisa a por el coche aparcado a dos calles del despacho. Arranco dirección a la comisaría. Llamo a casa para que no me esperen para cenar.
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El mundo de las grandes fusiones puede ser muy complejo, con casos de espionaje industrial, extorsiones y hasta prácticas que podríamos, a veces, imaginar casi mafiosas. Este abogado demuestra ser todoterreno, estar preparado tanto para redactar un complejo acuerdo de fusión, como para defender a un compañero, detenido en preocupantes circunstancias. Todo ello forma parte de esa rutina de abogados que da título al relato, de un trabajo que no por cotidiano debe de ser aburrido, sino al contrario.
Un saludo y suerte, Irene.