Cambio de rumbo
Ana María Abad GarcíaLa crisis de los cuarenta nos sobrevino a mi marido y a mí, abogados de éxito y prestigio, de manera ciertamente insospechada: un buen día llegó a nuestros oídos la penosa situación en que se encontraba el Parque Natural que solíamos visitar de recién casados.
Tras una urgente deliberación, concluimos que era nuestra responsabilidad hacernos cargo, y cambiamos la seguridad de nuestra profesión por la diversidad de especies vegetales y animales que requerían de nuestros servicios altruistas, ya que no jurídicos.
Desde entonces vivimos aislados de pleitos y litigios, vigilando el ramoneo de los ciervos, los correteos de las ardillas y el vuelo de las águilas.
Y cuando me da por añorar las confrontaciones con el fiscal, voy en busca de un viejo lobo gris con una pata rota que se le da un aire, y mantengo con él un soliloquio que me ayuda a fortalecer mi decisión.
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Hermoso relato, promesa de una vida mejor. Me encanta la imagen del soliloquio frente al viejo lobo gris. Enhorabuena, mi voto y suerte. Un saludo.
Muchas gracias Nicolás. La parte del lobo también es mi favorita.
Besos.
Escribió Borges que los únicos paraísos que le quedan al hombre son los paraísos perdidos. Todos deseamos vivir en lugares similares a la Arcadia, recuperar el paraíso perdido. Pero echaremos de menos el purgatorio forense y su fauna. Ese lobo; el juez-búho; la letrada-sierpe…
Mi voto, Ana María.
Un abrazo.
Jajaja, menuda fauna Manuel.
Cierto que cualquier cambio implica cierto sacrificio, pero yo creo que al final compensa volver al Edén. El que pueda…
Gracias por tu voto y tu comentario. Besos.
Un bello relato, que te atrapa con su magia y fantasía. Como si se tratara de un cuento fantástico. Ahí va mi voto para el micro, sin ninguna duda. Y un abrazo para ti.
Muchas gracias María. Es lo que tiene la naturaleza, que te atrapa. Sólo hay que dejarse atrapar ;)
Un besazo.
Yo creo que mucha gente fantaseamos con la posibilidad de abandonar nuestra zona de confort y volver al origen.
Tu pareja lo ha llevado a cabo, que envidia…
Sí, afortunado… Aunque sea sólo en la imaginación, está bien un cambio de aires de vez en cuando, nos permite seguir adelante con nuevos ánimos.
Gracias por comentar Rosalía.
Ana María, aplaudo ese cambio de rumbo que tanta paz y sosiego aporta a sus protagonistas… y lo transmite al lector, dicho sea de paso!!!
Enhorabuena y mucha suerte!
Un abrazo
Marta
Me alegro de que te haya gustado el relato y el nuevo rumbo.
Muchas gracias y un besazo Marta.
Es tierno, simpático, bucólico y, por suerte, no utópico (y tu redacción no rima tan mal como la mía, además), ¡qué más se le puede pedir!
Si necesitáis ayudante…
Un abrazo, Ana María
Gracias por tan amable, positivo y alentador comentario, Margarita. Así da gusto escribir!
Si quieres venir al Parque, te hacemos un hueco encantados. Seguro que el lobo gris agradece cambiar de interlocutor de vez en cuando.
Besotes.
No quiero ser aguafiestas, el relato está muy bien escrito y es precioso y todo parece tan bucólico y feliz, pero la gente que es realmente del campo está deseosa por irse a la ciudad, ¿por algo será?. Como decía mi abuelo, que en paz descanse «lo mejor del campo, la ciudad». Ja, ja ja (es broma). Mi voto y abrazo,
Tienes toda la razón, Francisco José, es lo que suele pasar: los del campo quieren irse a la ciudad y los de la ciudad preferirían estar en el campo. También pasa con otras cosas, no te creas… el que tiene el pelo rizado lo quiere liso y viceversa…
En fin, que nadie está contento con lo que tiene. Pero parece que al menos mis protagonistas sí que están contentos con su nuevo hogar, que es lo que importa.
Gracias por leer y comentar, por el voto y por el abrazo.
Un besote.
Todos atravesamos crisis existenciales en algún momento, son un componente de la misma vida, pero mientras en algunos casos sirven para reafirmarse en el camino emprendido, en otros suponen una revolución total, que puede llegar a asentarse de manera definitiva, como le sucede a esta pareja de exabogados. Y si llega la añoranza, un lobo gris puede ser, efectivamente, lo más parecido a un fiscal.
Un relato divertido, de evasión, que al mismo tiempo hace pensar.
Un abrazo y suerte, Ana María
Me alegro de que te haya gustado Ángel,. Lo de hacer pensar es importante pero para mí la evasión es lo fundamental, sobre todo en los tiempos que corren.
Gracias por el comentario. Besos.
No estaría mal poder cambiar pleitos y litigios por naturaleza viva. Enhorabuena Ana María por este relato pleno de fantasía y con final convincente para la protagonista. Mi voto y un saludo.
Muchas gracias, José Manuel.
No sólo pleitos y litigios, seguro que hay más gente por ahí que se apuntaría al cambio, aunque no creo que en el Parque cupieran todos.
Un besazo.
Ana María, no me importaría a mi un cambio de rumbo como el de tus personajes. Mi voto y mi enhorabuena.
Sí, creo que somos unos cuantos los que viraríamos en redondo. Algunos afortunados habrá que lo logren …
Gracias y besos, Manuel.
Enhorabuena, Ana María, leyendo tu relato he estado disfrutando de tu paraíso.
Igual aparezco un día por allí de visita.
Muchas gracias,¡¡¡ suerte,¡¡¡, tienes mi voto.
Muchas gracias Aurora, me alegro de que te haya gustado nuestro Edén particular. Pásate cuando quieras y te hacemos un tour. Besotes.
Buen microrrelato, Ana María.
Cambio radical de vida para tus protagonistas, pero ¡ay la añoranza! La imagen del soliloquio con el viejo lobo es maravillosa.
Felicidades, mi voto y un abrazo.
Muchas gracias Gabriel. La añoranza es inevitable en cualquier cambio importante, al menos para mí. Pero mientras tengamos un lobo gris para ayudarnos a sobrellevarla, todo irá bien.
Besos.