Imagen de perfilÉrase un contencioso-vacacional

Carlos Hurtado García · Cáceres 

Llega agosto y el bañador, el sol y la infinitud del mediterráneo vienen a relevar a la toga, la luz artificial y ese paisaje regio y frío de las salas de vistas. Y sin embargo, aunque nosotros salimos de los juzgados, el juzgado no siempre sale de nosotros. Una escena curiosa transcurre en la feria de la ciudad:

Juan: ¡este es un gasto no tengo obligación de soportar!, ¡que conste en acta!

Mario: en contrato privado acordamos la permuta, una tú y una yo.

Juan: eso fue antes de enterarme de que mi cerveza estaba embargada, ¡yo solo he tomado esta!, ¡la anterior se la llevó Roberto porque le debías otra!

Olga: eso es evicción… tiene razón, o le devuelves la ronda anterior -difícil- , o le pagas esta.

Juan: ¡indemnización por cañas y perjuicios!

Mario: bof… está bien, esta también invito yo. Pero esta noche… ¡recurro al superior!

 

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