El héroe
Pablo Nogueira Campo · Ourense La tarifa que la compañía eléctrica estaba cobrando era abusiva. El poder del pueblo había quedado completamente relegado ante el aplastante dominio de la multinacional. La gente necesitaba a un héroe, un lider que librase una batalla sin cuartel contra la todopoderosa empresa, abogando por la justicia y por los derechos de los ciudadanos.
De repente entra por la puerta del restaurante más afamado del pueblo, se sienta sigilosamente y sin llamar demasiado la atención, extrae un aparato electrónico de su mochila, justo antes de pedir comida con alguna especia. El camarero le sirve y después de comer, se pone a escribir en unos papeles en la misma mesa del restaurante.
La gente comenta que es un abogado que acaba de llegar de la ciudad para luchar con la eléctrica.
Todos lo miran con cierta complicidad y un halo de esperanza. Allí estaba el héroe que necesitaban.
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In the fall of 1979, William Scolnik’s phone rang. Scolnik had a shop at East 53rd Street and 2nd Avenue in New York, where he fixed clocks and high complication watches, link worked with auction houses and collectors, and compiled catalogs. He felt he had seen most of the rarest items in the world.