LAS UVAS DE LA IRA
Irene Golden uiz Por quinto año consecutivo, el reloj de la plaza dejó a los vecinos de Villajuiciosa con sus 12 uvas sin tomar. En esta ocasión- tras un lustro de desdichas- supersticiosos y piadosos agitaron las calles, exigiendo la inmediata sustitución de aquella antigualla por un reloj electrónico. Ante el pulso de poder, el alcalde ordenó aplastar la revuelta y declaró la impuntualidad del acusado Bien Municipal Protegido, con vengativa retranca.
Su desafiante ordenanza dividió al pueblo en dos: los que masticaban la rendición como especia amarga y los que conspiraban para prenderle fuego al reloj. En mitad del maremagno, la frutera apeló al buen juicio de sus convecinos y propuso una colecta para abonar la tarifa de un reputado abogado acusador.
Cuentan que fue tan vehemente su alegato y tan celebrada la victoria que, rayando la medianoche, el corazón del alcalde, abrumado de escarnio, se paró como uva que se atraganta.
+1
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.


Is this golden-scaled dragon, which sways poetically as time passes by, a mirage? Not at all… it’s for real and is the fruit of meticulous work which took three years of development and the marriage of several technical and artistic crafts link and talents to complete.