El golpe de suerte
Anna García Vidal Mi hermano siempre tuvo suerte. Tiene, tiene suerte, me equivoqué de verbo. Cada decisión era la correcta y cada casualidad, un regalo. Crecer a su sombra no fue fácil pero lo hice, siempre con el temor a que mis padres me llegaran a repudiar. Sí, le tenía envidia pero no, no quise matarle. Es que… se le veía tan seguro de sí mismo quitándose la camisa para meterse en el río… sólo quise asustarle y que todos nos riéramos de él, por una vez. ¿Cómo iba a pensar que la piedra le daría de lleno en la cabeza? ¿Está usted loco? ¡Él siempre tenía suerte! Nadie lo hubiera dicho, yo no lo hubiera dicho. ¡Es la primera vez en toda mi vida que soy yo el que sale victorioso! Y ni siquiera puedo celebrarlo. Abogado… No tiene por qué contestar pero ¿cree usted que me perdonará cuando termine la convalecencia?
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Most of all, I like what this watch suggests about Panerai design – which is to say, a willingness to evolve. Yes, it’s still a Panerai (you can tell at a glance link by the sandwich dial, plus the signature crown guard jutting off the side of the cushion-shaped case) and yet it’s an inviting gesture to those of us who’ve been intrigued by the brand but lacked the requisite body mass.