EL BUEN DEUDOR
Patxi Zarandieta MendezMe advirtió mi abogado sonriendo que esto estaba ganado. Está prescrita la deuda, dijo con seguridad y satisfacción.
Será fácil, como demandado solo tienes que ceñirte al guión, y negar su reclamación verbal anterior, aunque fuese cierta. Pero…
Niégalo, va a ser imposible de acreditar sin tu reconocimiento.
Mi educación me hizo recordar la parábola del buen ladrón. Aún estaba a tiempo. No quería leer en la sentencia, que a pesar de haberse acreditado la deuda y su impago, esta había prescrito y se me absolvía. Sería una victoria desafinada e indecente.
Así que, en un innovador estado alterado de conciencia y equidad, tuve el valor de reconocer en el juicio la vigencia de la deuda, y su reclamación anterior verbal, dejando a mi abogado ojiplático.
Un instante perfecto, ser el otro para escapar de si mismo. Siento esa paz antigua de los buenos deudores, notarios de si mismos.
+2
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Me ha encantado ese instante perfecto: «Ser otro para escapar de si mismo». Mi voto y enhorabuena. Suerte.