Cazafantasmas
Juancho Plaza GómezNo habríamos reparado en su presencia a no ser por las quejas de la señora de la limpieza. No la tomamos en serio hasta que la empresa nos comunicó que había pedido el cambio y que a partir del día siguiente otra empleada ocuparía su lugar. Fue Borja Astorga, el de Familia, el encargado de promover su búsqueda y captura. Nos recomendó invertir algunos euros en un detector de campo electromagnético y en un termómetro de infrarrojos, como apuesta de futuro, ya que en aquellas oficinas tan antiguas era posible que volviéramos a tener aún más casos. Organizó con el resto del bufete una sesión de espiritismo a la que se excusaron de ir Clara y Román, los penalistas, por un, según ellos mismos adujeron, exagerado instinto de conservación. Cuando invocamos a los espíritus allí presentes una niebla verde nos cubrió, recordándonos que nuestro peor fantasma son los plazos.
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Original, divertido y, sin embargo, tan real.
Mi aplauso, Juancho
Mucha gracias Margarita! Hacía tiempo que no pasaba por aquí, mucha ilusión tu comentario!
Bs!!
Muy bien lograda esa atmósfera de cazafantasmas chapucillas que les permite evadirse de la realidad del bufete.
Un abrazo Juancho.
Muchas gracias María! Que alegría, hacía tiempo que me dejaba caer por estos pagos.
Bss!!
Una vez le preguntaron a un matador si no le tenía miedo al toro. Él respondió que «más ‘cornás’ da el hambre». Los fantasmas pueden imponer respeto y hasta causar terror, pero los vencimientos económicos son implacables, además de muy reales.
Un abrazo, Juancho. Suerte
Muchas gracias Ángel, da igual en dónde estés, la precisión de tu bisturí no sufre merma alguna.
Un fuerte abrazo!!