Nirvana
laura pilato rodríguezTreinta años de interminables jornadas en el despacho, acaban pasando factura.
El estrés y la presión amenazaban mi salud física y mental, así que decidí darle un cambio a mi vida.
Me retiré a una especie de comuna, «Ecoaldea», como la llaman sus moradores. Un lugar donde tratan de promover la conservación de la naturaleza. Un paraíso verde y sostenible, sin preocupaciones de futuro, ni ambiciones materiales.
Aquí practico yoga y cultivo verduras ecológicas. No tengo internet, ni teléfono, y estoy aprendiendo a hacer jabones y velas aromáticas.
A veces me entra la nostalgia y añoro el bullicio de los juzgados, rebosantes de adrenalina. Pero me siento en la posición de Loto, me fumo unas «hierbas relajantes» que crecen en el jardín, y enseguida se me pasa.
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Jejeje, parece que son unas hierbas relajantes muy efectivas. Mi enhorabuena Laura.
Muchas gracias! Un saludo! :)
Más de un abogado, si pudiera, elegiría esa opción de «melargodelosjuzgadosparasiempre» de tu protagonista, ja,ja. Mi voto y suerte, Laura.
Sería una buena opción… Por lo menos durante un tiempo jajaja. Muchas gracias!
Lo ideal sería un punto medio entre el estrés del trabajo y la tranquilidad absoluta en mi opinión. Enhorabuena por tu relato y mucha suerte.
Muchas gracias Juan Manuel, un saludo! :)
Como no tienes internet, no sé cómo hacerte llegar mi comentario. Bueno, sí, espera, con señales de humo de una de esas velas aromáticas: «hacedme un sitio, que voy».
Sitio hecho, ¡bienvenida! Gracias por comentario, Margarita :)
A veces, los cambios en la vida son justos y necesarios. Enhorabuena, tienes mi voto y un saludo.
Muchísimas gracias por tu voto, Francisco. Un abrazo!
Me encanta, especialmente el título, lástima que algunas veces se asocie con la inacción o el «dolce fare niente». Mi enhorabuena Laura, y mi voto (aunque sea el «fatídico» 13). Muchísima suerte
far, far, nada de fare. Tengo que revisar urgentemente mis apuntes de italiano de la ESO.
Ya que te encantó mi relato perdonaré ese fallo en italiano, jajaja. ¡Muchas gracias!
Me has recordado a la serie «El Pueblo» y creo que hasta te pareces a una de las actrices, jejeje. Muy bueno el micro. «Más fumar y menos apelar». Mi voto y un saludo.
Buen dicho, jajaja. Muchísimas gracias Esteban :)
Lo del yoga y las verduras no terminan de convencerme, pero lo de las hierbas relajantes en ese jardín de fantasía es otra cosa… Muy bueno el relato, Laura, el retrato de una huida deseada por muchos. Enhorabuena, mi voto y un saludo
Un poco de desconexión siempre viene bien… Muchas gracias, Nicolás :)
Estoy convencido de que a muchos nos sucede: cuando estamos en el campo, en un lugar no contaminado por lo urbano, por las prisas, donde la naturaleza aún impera, dan ganas de dejarlo todo y quedarse allí, pues de allí procedemos. Pero también es probable que, como a tu protagonista, de vez en cuando, se añore otra vida, menos reposada, pero también más intensa. La verdad es que nunca estamos conformes del todo con lo que tenemos. Ya que no parece que tengamos remedio, quizá lo interesante sea disponer de medios para paliar unas u otras insatisfacciones, cada cual elegirá los suyos.
Un abrazo y suerte, Laura
La naturaleza nos trae siempre buenas vibraciones, sensaciones, olores, recuerdos…
Muchas gracias por tu comentario, Ángel. ¡Un saludo!
Felicidades, Laura. Tienes razón, de vez en cuando nos viene bien un respiro en nuestra rutina, libres de las nuevas tecnologías.
Mil gracias Juan Carlos,¡un abrazo!