-Dame otra oportunidad, no volverá a pasar.- La barrera del miedo a la soledad me hace dudar. Si acepto me convertiré en una más que no dio importancia a un primer tortazo. Además mi madre dice que en el matrimonio hay que aguantar, que eso de que somos iguales es una cosa moderna. Por otro lado, si no acepto, puede que no vuelva a conciliar el sueño sabiendo que aún le amo. Pero también puede que no entre en la espiral de las víctimas de violencia de género. Una abogada como yo debería saberlo. Me dirijo al baño y cierro la puerta. Me limpio la sangre que brota de mis labios y marcó el 016. Cuando acabo, acurrucada en el baño pienso en lo que me espera, denuncia, juicios, difamaciones y orden de alejamiento que espero que cumpla. Le escucho aporrear la puerta e insultarme. Tomé la decisión correcta.
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La abogada que vive en carne propia lo que otras mujeres le cuentan a ella en su despacho y a toda la sociedad en el juzgado.
No dudo en darte mi apoyo, Susana.
Suerte.
Justo lo que intentaba transmitir.
Muchas gracias por tu comentario.