ME CASARÉ CON ÉL
Susana Goñi RodríguezNunca fui normal. Ya desde mi nacimiento tuve cinco padres más que los demás, por lo que en casa todo se consensuaba y se votaba por mayoría. Me dicen que no era lo habitual. Por ello, siempre me cuentan con qué ilusión me gestaron y me esperaba la ciudadanía.
Nací sabia y fuerte y me llamaron Constitución. Mis padres confiaron que, con mi inteligencia y rectitud, garantizaría los derechos y daría tranquilidad.
Poco a poco fui creciendo y tuve muchos novios. Todos me adulaban, piropeaban y querían que me casará con ellos, pero, a mí, siempre me gustó ser independiente.
Ahora que estoy en la madurez, a dos meses de mi cuarenta aniversario, me doy cuenta que nadie me quiso por mí, excepto Abogado, que por defenderme ha sido vilipendiado, criticado y menospreciado, pero no le ha importado, siempre ha estado ahí, respetándome, nombrándome a diario e interpretándome como nadie.