Tabús mentales
Manuel Rodríguez AntónNo hay reforma legal que nos libere de esta cláusula abusiva vitalicia. Es esa clase de vida, con víctimas por todas partes: hace un año que Paula perdió la custodia compartida por incompatibilidad de horarios, y, ayer, fue Jaime quién renunció por ansiedad, cansado de la competitividad y barbarie del mundo de la abogacía. El verano anterior otro compañero del despacho se desplomó al finalizar su tercer juicio del día. Hoy, después de seis meses de baja, por fin he vuelto a ponerme la toga, la capa de Batman como la llama mi hijo, pero al subir al estrado no me he sentido especial como antes de mis ataques de pánico. Apenas he sentido nada. Efectos secundarios del Diazepam, supongo.
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Tal cual, lo que no se ve de esta bendita/maldita profesión perfectamente descrito y escrito. No debe haber un letrado vivo que no haya experimentado en alguna ocasión ese caos ansioso que gusta de pegarnos un revolcón. Enhorabuena, mi voto, mucha suerte y un saludo
Muchas gracias Nicolás, por tu voto y por el comentario. Sí, profesión de riesgo la verdad, y cada vez peor. Un abrazo
Muy bueno. Un reflejo de una profesión cada vez más dura.
Profesión de riesgo, como la de los médicos, y cada vez peor. El estar cara al público, exceso de trabajo ,las prisas…
Suerte y un saludo.