EMPANADA EN EL JUZGADO
Sebastián Trías Salom– ¡Es usted un mentecato! – le gritó el juez al bisoño abogado.
– Señoría, si usted me permite un momento con premura me pondré a litigar contra el argumentario correlativo a los hechos expuestos por mi colega el fiscal. –dijo el abogado rebuscando entre sus papeles.
– ¡Lo que dice no tiene ningún sentido!
– ¡Ya lo tengo! – grito el abogado exhibiendo triunfalmente una hoja en alto. -Mi cliente se declara inocente. Él no robó la caja de sardinas de la pescadería y puedo demostrarlo.
– ¡Pero qué dice! –estalló el juez.- ¡Estamos aquí porque su cliente se saltó un semáforo en rojo y provocó un accidente!
– ¿Chocó contra la pescadería? ¿Entonces consideramos a las sardinas como sujetos damnificados colateralmente?
– Dios mío…Alguacil, tráigame mis pastillas para la tensión. ¡Y llame ahora mismo al Colegio de Abogados para borrarme del programa de abogados en prácticas!
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Bueno, también habría mucho que decir de los «jueces en prácticas interminables».
Suerte, y mi voto,.
Hay que tener paciencia con los abogados en prácticas. Todos hemos sido novatos alguna vez.
Pero, sin duda, tu relato me ha hecho gracia. ¿Sabes por qué? Porque me recuerda al abogado Lionel Hutz, el picapleitos que suele aparecer en los episodios de Los Simpsons, una serie que me encanta… y hoy es el Día Mundial de los Simpsons.
Ahí va mi voto.
¡Suerte!