Imagen de perfilEL ORIGEN DE UNA VOCACIÓN

Amparo Martínez Alonso 

Las preguntas de mi hijo, los baches del camino y el meneo del vehículo me transportan a otra pradera, otro tiempo, otro mundo… ¡aquel que cambió mi vida y enderezó mi juicio! Un lugar donde palabras como “damnificados”, “carencias”, “muerte” o “pandemia” surgían conforme las terribles inundaciones asolaban el país… Mientras, a miles de kilómetros, esa agua embarrada ayudó a lavar mi conciencia y enjuagar el ADN de nuestra acomodada e indolente familia. Porque al unirme al convoy humanitario (con la egocéntrica inteción de solventar mi aburrimiento existencial) lo que conseguí fue encauzar mi futuro…

—Papá, cuando trabajaste de voluntario en aquella inundación, ¿ya sabías que ibas a estudiar Derecho? ¿Por qué supiste que querías ser abogado? ¿Cómo te diste cuenta que querías luchar por los derechos de los demás? Yo también quiero defender a la gente. ¡Voy a ser abogado como tú!… Papá, ¿por qué sonríes, en qué piensas?

 

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