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Carolina Navarro Diestre 

24 de enero de 1977 y nueve abogados laboralistas sueñan con un nuevo mundo. Sueñan con elecciones y vientos de libertad; con libre afiliación y sindicatos, sueñan. Discuten sobre derechos laborales y convenios dignos cuando pistoleros fascistas irrumpen en su despacho de la calle Atocha. Disparan. Mueren cinco abogados y otros cuatro quedan malheridos. Las muestras de solidaridad y apoyo se suceden: el entierro congrega a más de 100.000 personas entre la Audiencia Nacional y el cementerio de la Almudena. El Colegio de Abogados establece la capilla ardiente en la sede de la entidad. Pero los asesinos no huyen, tan seguros sienten su impunidad. No obstante, su crimen logra fortalecer aquello que pretendían debilitar: se forjan alianzas, se consigue cooperar entre diferentes, se avanza a través de un camino espinoso. Y finalmente, en junio, ¡se convocan elecciones! ¡Las primeras en décadas!
Un bebé envuelto en sangre, la democracia había nacido.

 

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