El árbol
Marta Finazzi MartínezAnoche soñé que mi mascarilla me daba superpoderes para ganar todos los casos que atentan contra la salud de los bosques; no en vano me llaman el abogado de corcho, porque tengo alma de árbol pero también porque estoy más sordo que una tapia. La edad me ha dado acceso a la cátedra de la conciencia porque antes yo era puro petróleo, solo buscando vigilar que el dinero de plástico no se me escapase de las manos como si fuera una paloma. Pero ahora ya no llevo traje ni maletín, fundiéndome con la naturaleza cada vez que alguien reclama mis servicios para proteger a la madre tierra, mi única e indefensa clienta, desprovista de mascarillas de ningún tipo que la salven de la hecatombe causada por la humanidad.
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La Tierra a la que tanto debemos, el único hogar conocido, sufre, de forma incomprensible, nuestro maltrato. Alguien tiene que defenderla; haciéndolo, también protegerá los intereses de todos, quizá algún día nos demos cuenta de las piedras que tiramos contra nuestro propio tejado y actuemos de manera más sostenible.
Tu protagonista se funde con este planeta, toma conciencia de que forma parte del mismo, como un árbol, porque así es en realidad. Todos debiéramos ser como él.
Este cliente tan fundamental, al que ha decidido defender, fuente de vida que nos acoge, no necesita formalidades de traje y chaqueta, ni discursos grandilocuentes, sino actuaciones defensivas contra las agresiones que sufre.
Ojalá todos fuéramos tan decididos y valientes como este abogado.
Un saludo, Marta
Muchísimas gracias por tu comentario. Ojalá todos tuviéramos alma de árbol, tienes toda la razón. Un saludo, Ángel.
Me has convencido para la causa de las mascarillas portentosas. Bien narrado y con un trasfondo eco que nos da esperanza. Mi voto. Un beso.
Esteban, muchísimas gracias a ti por haberte dejado convencer y por no perder la esperanza. Un beso.
Buen relato, Marta. Mi voto para tu abogado de corcho y nuestro pobre planeta, que necesita a estas alturas algo más que una mascarilla para no enfermar. Suerte.
¡Muchísimas gracias, Eva María!
Un saludo de árbol :))))))))
Muy buen relato y muy bien escrito, Marta. El corcho contra el plástico, una batalla desigual pero necesaria. A favor de las mascarillas y, desde luego, del mensaje de tu texto. Enhorabuena, mi voto, y un abrazo.
¡Muchísimas gracias, Nicolás! Que ilusión que te haya gustado. Un abrazo de árbol y mucha suerte :)))))))))))))
Me encanta.
Muchas gracias, Sergio :)))))))))))
Hola, Marta.
Un relato para concienciarnos en nuestra relación desigual con la Naturaleza (que por cierto, tanto necesitamos!!!). Hay que parar y tomar medidas. Tu historia nos lo recuerda…
Un abrazo para ti, mi reconocimiento a tu abogado de corcho y un voto a tu Árbol.
Hola, Amparo. Qué ilusión, que te haya gustado. Muchas gracias y un abrazo de árbol :)
Hola, tocaya!
Me ha gustado mucho tu relato, comparto su mensaje y lanzo al aire con un brindis ese corcho en honor a tu abogado de ídem!!! Vaya trabalenguas, madreeee, je, jeeee!
En resumen, muy bueno!
Te deseo mucha suerte, te mando mi voto y, de paso, una abrazo!
Marta
¡Hola, tocaya!
De Marta a Marta, muchísimas gracias, qué ilusión :))))))
Muchísima suerte también para ti y un abrazo de árbol :)
Bonito árbol, te doy mi voto.
Muchísimas gracias :)))))))))))
Perfecto, la naturaleza en estado catatónico. Me gusta lo del acceso a la catedra de la conciencia, en una coyuntura en la que el diablo ya no es más sabio por viejo que por diablo. Sólo hacen que estorbar y llenar las Ucis. Enhorabuena
Ojalá todos fuésemos catedráticos de la conciencia… Muchísimas gracias, José Luis. Un abrazo desde mi árbol :)))))))
Elegiste una muy complicada especialidad, aunque vital para nuestra sostenibilidad. Enhorabuena. ✋
Muchísimas gracias y un abrazo desde mi árbol :)))))