Eterna litispendencia
María Carmen Caamaño LópezLlevaba aún la falda de cuadros del colegio y se veían sus rodillas menudas, condecoradas con un sinfín de rasguños. A pesar de su edad, el acceso al bufete era su mayor fuente de diversión. Paseaba sus dedos curiosos por los códigos de Aranzadi e insistía en vigilar a mis espaldas, para asegurarse de que yo redactaba correctamente las demandas que ella quería interponer.
—Es para proteger a Tedi —me decía mientras señalaba el hueco en el que debería estar el ojo izquierdo de su osito de peluche.
—Quizás necesite a un médico más que a una abogada.
Me replicó ofendida, diciendo que no era un problema de salud, así que terminé con la petitio y le cosí a Tedi un botón que a partir de entonces haría las veces de ojo.
-Gracias, mamá—me dijo tras un beso sonoro que prometía una tregua en nuestra eterna litispendencia.
+7
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Ni las niñas tienen obligación de creerse princesas, ni los niños han de jugar a la guerra de manera forzosa. Esta pequeña de viva inteligencia y vocación temprana, tiene claro que las leyes y los abogados están para ayudar a la gente; los médicos también, pero cada cual en su campo.
Un personaje entrañable que, bajo el ejemplo materno, tiene los ingredientes para llegar donde se proponga. Seguro que haría buenas migas con otro personaje de ficción que forma parte del patrimonio universal: la genial Mafalda.
Un saludo, María Carmen
Enternecedor relato de esa eterna litispendencia consustancial a la relación paterno-filial. Muy bien escrito. Enhorabuena y mi voto.
Un micro notable tierno y un puntito inquietante, con ese ojo ¿caído?, ¿arrancado?, que supone alimentar la dependencia de la pequeña.
Escrito con buena mano y conocimiento de lo que es un niño.
Enhorabuena.
Si la justicia fuese siempre tan dulce como tu relato… Felicidades y mucha suerte. Ahí tienes mi voto y un abrazo desde mi árbol :))))))))
Muchas gracias a todos.
Los personajes infantiles son mis favoritos. Mafalda, sin duda, es uno de los mejores.
Lo que ocurrió con el ojo de Tedi tal vez podría dar para otro microrrelato ;)
Muchísimas gracias por vuestros comentarios y votos.
Un abrazo