LA SENTENCIA
Yolanda Nava MiguélezSe había hecho popular por sus excéntricas sentencias. Nadie había olvidado la pena que impuso a unos pandilleros, de limpiar cuantas pintadas afeaban el patrimonio de la ciudad. O la que llevó a un estafador de guante blanco a colaborar con las tareas sociales de su parroquia, intentado erradicar la pobreza. Tampoco pasó desapercibida aquella que le asignó a un pirómano, ahora acérrimo defensor de la naturaleza y activista contra el calentamiento global. Esta vez no le costó mucho pronunciar su veredicto. Condenó al acusado a empezar de nuevo. Debería retrotraerse diez años atrás en su vida, comportarse otra vez como si tuviese veinte años y continuar los estudios que dejó en ese momento. Sabía que no sería fácil. Pasaría noches en vela frente a gruesos tomos llenos de leyes que tendría que memorizar, pero era una buena oportunidad para enmendarse, sabía que era posible. Él lo había logrado.
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Muy bueno Yolanda! Toda la suerte del mundo y un voto. Besos!
Esas sentencias sí son ejemplares.
Un abrazo, Yolanda, y mucha suerte.
El ejemplo como el mejor instrumento de educación. Muy buen relato. Enhorabuena y mi voto. Y todo lo mejor para este 2021. Un saludo
Yolanda, genial relato.
Un ejemplo de juez con sus atinadas sentencias.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Un abrazo.
Las sentencias que dicta tu protagonista parecen ser más eficaces que la condena a prisión.
Buen micro, Yolanda. Te deseo mucha suerte y te doy mi voto.
Besos apretados.
Hola, Yolanda.
Este tipo de sentencias, las que se cumplen haciendo algo en favor de alguien, son las que funcionarían para intentar hacer un mundo mejor y más justo. Como prueba, un botón.
Me encanta, queridísima.
Él lo había logrado y tú, también.
Enhorabuena!!!!
Si tuviera que votar a un solo micro aunque halla muchos muy buenos este mes sería a este.
Menudo lío para el jurado.
Una sentencia me vendría bien a mí para sacarme la oposición a fiscal. Original.
Un muy buen relato que invita a la esperanza y a la capacidad de poder empezar a pesar de todo. «Nunca es demasiado tarde y nunca es demasiado pronto». Aunque diez años puedan parecer mucho siempre es bueno el reconducirse. La sentencia de tu historia es una gran ocasión para volver a empezar. Mi voto y enhorabuena.
Muchas gracias a todos por vuestros valiosos comentarios.
Fuerte abrazo
No hay argumento más convincente que el propio ejemplo. Este juez es ejemplar donde los haya. Hay muchas formas de aplicar las leyes, pero él busca la justicia verdadera, que incluye no tanto un castigo tras el yerro, como dejar claro el error y la posibilidad de enmienda.
Un abrazo y suerte, Yolanda