Genio y figura
laura pilato rodríguezEntro en la residencia de la mano de mi nieta.
El edificio está situado en un apacible entorno natural, y a una distancia asequible para las visitas.
Sé que no tiene otra alternativa, pero no puede evitar sentirse culpable.
– » Estaré bien, cariño»- le digo tratando de insuflarle un poco de energía.
El ambiente del interior me recuerda los días bulliciosos en el juzgado. El personal desbordado, las protestas de los internos, y el desorden de formularios e impresos sobre la mesa del director. ¡Menudo caos!
Las paredes están pidiendo una mano de pintura, y habría que renovar el mobiliario, las cortinas…
Nos despedimos en la puerta. Ella prolongando el abrazo para esconder las lágrimas; mientras yo le susurro :
-Cuando vengas a verme, tráeme la toga y el mazo. Alguien tiene que poner orden en esta casa de locos.
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Muy bueno, Laura. Describes perfectamente la escena y cierras la historia con un final redondo. Mi voto y suerte para esa jueza jubilada. Un abrazo.
Muchísimas gracias, Eva! Un saludo :)
Muy emotivo y muy bien escrito. Y muy real. Enhorabuena y mi voto. Un saludo
¡Gracias por tu voto, Nicolás!
Un poco deprimente este tema de las residencias, me alegro de que lo hayas suavizado con ese toque de humor al final, que siempre se agradece.
Suerte y besos con mi voto, Laura.
Muchas gracias, a veces hay que tirar de humor para saber llevar mejor algunos asuntos, un saludo!
Llegar a una cierta edad no es ninguna bicoca. A esta sociedad en la que solo se valora la juventud, donde todo transcurre tan rápido, carente de respeto hacia las canas, se añade el lógico menoscabo de la salud y, muchas veces, la soledad de personas a quienes se da por amortizadas.
Las lágrimas de la nieta de la protagonista denotan, al menos, sensibilidad y empatía. La mujer tiene medios para estar en una residencia, no asequible para todos, pero lo más importante de es que no parece faltarle la energía y el buen humor. Lo suyo es algo más que deformación profesional, es cariño hacia un oficio con el que sirvió a la sociedad buena parte de su vida. A su manera, quiere seguir siendo útil Sería digna de ver poniendo orden en esa institución en la que ahora se encuentra.
Un relato simpático y que también incide en los problemas de la tercera edad, con dos personajes entrañables, llenos de personalidad.
Un saludo y suerte, Laura
Muchísimas gracias por tus palabras, Ángel. Que te guste tu profesión es de lo mejor que puede pasar. Un saludo!
Un juez de raza, un juez de los que escasean.
Genio y figura hasta la sepultura… o más allá: ayudará a San Pedro y hasta se entrometerá en las funciones de Dios, a buen seguro.
Mucha, y buena, suerte, Laura.
Muchas gracias! :)
Una historia llena de sensibilidad y que refleja un gran problema al que todo el mundo antes o después se enfrenta aunque no todos lo resuelven con la misma tranquilidad de conciencia. En tu caso la protagonista llena de empatía hace todo lo posible para que nadie sufra. Mi voto y enhorabuena.
Mil gracias Juan Manuel. Un saludo :)
Laura, felicidades. Tu relato es sin duda muy original, y tributa homenaje a la tercera edad. Aqui tienes mi voto.
Gracias por tu voto, Juan Carlos!
Actitud no le falta a la mujer, así da gusto. Espero que ponga orden, pero no cordura.
Mucha suerte.
Mil gracias Margarita, un saludo :)
El ritmo de vida frenético y la falta de espacio, nos obliga a tomar la difícil decisión de llevar a nuestros mayores a las residencias, donde no siempre reciben la atención que merecen, lo que se traduce en un sentimiento de culpabilidad sin remedio alguno que pueda paliarlo. Suerte que en este caso la jueza protagonista anda sobrada de agallas. Un relato brillante, Laura. Te envío mi voto y mucha suerte con el mazo, digo con el relato.
Gracias por tu comentario Isabel, me alegra que te gustase. Un beso!
Yo de mayor quiero ser como tu jueza.
Enhorabuena, Laura.
Jajajaja, muchas gracias, Rosalía.
Un abrazo grande.
Esa ex jueza es todo un personaje. Bravo por ella. Enhorabuena.
Entrañable la abuela, y a la vez, creíble su historia. Me ha encantado el relato y sobre todo el final. Tienes por ello mi voto.
Suerte y saludos.
jajaja, menudo genio el de la abuela.
Mis felicitaciones (y mi voto), es un micro muy logrado
Muy buen relato. Enhorabuena