CONTICINIO
Nicolás Montiel PuertaCuando las luces se apagan y las puertas se cierran, ella se quita la venda de los ojos, deja caer la espada y la balanza y, de paso, la túnica, y deambula desnuda por su palacio. Bajo sus pies descalzos siente una frialdad aliviadora, que le calma el dolor de cabeza que la diversidad de las voces de abogados, procuradores, acusados, víctimas, demandantes y demandados le perpetúan día tras día. Todos la invocan con carácter urgente, buscando la seguridad que se le presume, para fortalecer sus postulados y pretensiones. Pero ella está cansada, y el reflejo que el espejo del vestíbulo le devuelve agudiza las arrugas que la responsabilidad, el paso del tiempo y la vileza de los hombres han perpetrado en su rostro.
Antes de acostarse, en acto de contrición, lamenta sus errores y se duerme pensando que es imperfectamente inmortal.
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Otra vez Nicolás, saliéndote de madre y rompiendo moldes. La justicia cansada de quienes la utilizan y manipulan. Como la verdad… vente conmigo a buscarla. La tuya guárdatela.
Extraordinario relato. Un abrazo.
Ya me conoces, Ángel, yo voy de por libre, caminando por el sendero de la luz y las tinieblas… Muchísimas gracias por tu comentario y tu voto y felices vacaciones, amigo. Un abrazo
Nicolás, qué gran historia, gran título y gran narración!!!
Gran escritor, claro está!
Que disfrutes del verano entre fados y brisa del Atlántico.
Un gran abrazo
Marta
Lo de los fados, ojalá, yo al menos intentaré cruzar la frontera… me encanta cruzar fronteras. Querídisima Marta, muchas gracias por tu comentario y tu apoyo. Un abrazo enorme.
Una imagen acertada de la justicia en España. Suerte.
Muchas gracias por pasarte por aquí. Suerte para ti también. Un saludo
Buenísimo, Nicolás, Barrabás.
La soledad de la Dama, como la que sufren algunas divas o prima donnas en su camerino, tras la función, apagadas los focos -o candilejas- del escenario, cuando se han marchado los cazadores de autógrafos y los fervientes aficionados.
“Imperfectamente inmortal”, como diosa o semidiosa que es.
Mi voto, imperfectamente efímero, para un micro perfecto y con vocación inmortal.
Un abrazo.
Abrumado por tu ambilísimo comentario, Manuel. Tú si que eres generoso. Muchísimas gracias. Tú has fantaseado magistralmente con el origen del Derecho y yo con la Dama que, a pesar de todo, lo representa. Un abrazo enorme.
No es que me haya gustado tu microrrelato: me ha fascinado. Una auténtica maravilla ya desde el mismo título. Una vez más, mi más sentida enhorabuena. Mi voto, un abrazo y mucha, mucha suerte.
Juan Manuel, me conmueve que mi relato te haya fascinado. Intento, como habrás podido comprobar, algo nuevo cada mes, aunque el jurado de selección mensual la mayoría de las veces no esté de acuerdo conmigo. En cualquier caso, muchísimas gracias por tu apoyo y tu siempre generoso comentario y un abrazo enorme.
Amigo Nicolás, ¡qué difícil nos lo pones todos los meses!, porque coincido con la opinión de Marta, y una palabra basta para describirte: ¡ESCRITOR!
Pero…, alguna vez vi como se apagaban las luces y en una ocasión como se cerraban las puertas. Incluso llegué a ver caer espadas y vendas… Y por las arrugas dejé de mirarme al espejo hace tiempo. Pero lo del deambuleo por palacio… Ya me dirás dónde…
Querido Guillermo, todos los palacios tienen pasadizos. Cualquier noche quedamos y nos juntamos para ver a la Justicia como Dios y los hombres la trajeron al mundo. Eres muy amable con tu elogioso comentario y por ello te doy gracias infinitas y te mando un enorme abrazo.
La Justicia es una dama sabia, inmaterial, elegante, espectral, fantasmagórica, que deambula llorando y gimiendo desconcertada por esos valles de lágrimas que son los juzgados españoles, a la búsqueda de algún político que se acuerde de una vez de ella, que vele y luche por su independencia y dignidad perdida, que relance su importancia y prestigio, y que la dote de los medios materiales y humanos precisos, para que vuelva a ser nuestra guía y referencia, en definitiva, el sostén de nuestra sociedad. Que así sea. Mi voto y abrazo para el más grande escrito y escritor.
Ojalá, Francisco, ojalá la Justicia recuperara su dignidad perdida. Ojalá el ciudadano y los que en ella trabajamos, de una u otra manera, la sintiésemos cercana y eficaz. Y otro tanto ocurre con la Educación, con la Cultura, con la Sanidad… Y que por fin, surja ese político que aplique gestión en lugar de ideología a cuestiones de tanta importancia para todos. En fin. Muchísimas gracias por tu voto, y por tu grandísimo halago. Un abrazo enorme.
Qué bonito, Nicolás! Qué poético!
Me ha gustado mucho mucho mucho.
Mi voto y mucha suerte.
Eres muy, muy, muy amable, Ana María. De verdad, en serio, te agradezco mucho tu comentario y tu apoyo. Un saludo
Un relato muy original , Nicolás, me ha encantado.
Leerte siempre es un placer.
Mucha suerte .
Mi voto y un beso.
Eres muy amable, como siempre. Muchas gracias, mucha suerte y otro beso también para ti.
Qué belleza, Nicolás. Esa justicia desnuda, enfrentándose a los fantasmas de la noche, en soledad . Precioso.
Un abrazo y mi voto.
Muchísimas gracias por tu amable comentario y por tu apoyo. Otro abrazo para ti.
Mi enhorabuena Nicolás, la «JUSTICIA» tendrá que haberse emocionado con tu relato. Te deseo mucha suerte, es un relato ganador.
Cuenta con mi voto y saludos.
Eres muy amable, José Manuel. Muchísimas gracias por tu comentario y tu voto. Y un abrazo
Precioso relato.
Muchísimas gracias por tu apoyo. Un saludo
Nos regalas otro relato brillante y original, Nicolás. Un lenguaje muy poético para describir la cruda realidad.
Mucha suerte! Feliz Verano!
Un abrazo.
Muchísimas gracias, Almudena. Siempre es un placer leer tu comentario. Feliz verano también para ti y un abrazo.
Cuando la justicia se da un aire con La Dama del Alba. Maravillosa narración. Enhorabuena.
Muchas gracias por tu comentario y tu apoyo, Nieves. Un saludo
¡Qué belleza de relato! Desde el título (Conticinio, palabra para enmarcar) hasta la inmortalidad.
Me encanta cómo escribes, creo que ya te lo había dicho, pero no me canso de leerte y de decírtelo.
Un abrazo, Nicolás
Yo tampoco me canso de leerte a ti, también te lo he dicho. O sea, estamos condenados a leernos. Muchísimas gracias de verdad, como siempre, y otro abrazo para ti, Margarita.
Como siempre tus personajes Dan vida a lo casi inverosímil. Esa dama hay que mimarla como tu bien sabes hacer. Mi enhorabuena y mi voto
Muchísimas gracias por tu comentario y tu voto, Santiago. Coincido contigo en que la Dama sufre maltrato (basta con mirar cómo está el patio). Un abrazo
La Justicia humana procede de los hombres que, al no ser perfectos, han contagiado y creado un defecto de origen en esa mujer, supuestamente emparentada con la divinidad, a la que todo el mundo invoca y exige lo que quizá es imposible. Ella, mejor que nadie, sabe que nunca acertará del todo, como también que no puede confesarlo. Cuando terminen sus reflexiones en la intimidad comenzará otro día con sus luchas y frustraciones.
Un relato realista, creativo e interesante.
Un abrazo y suerte, Nicolás
Muchísimas gracias de nuevo por tu ilustrador comentario. De verdad que la reflexión que realizas a los micros es digna de elogio, pues a veces ni unos sabe a ciencia cierta lo que ha escrito. Siempre es un placer contar con tu análisis. Un abrazo, Ángel.
Está la cosa que arde… Apretaditos todos en la clasificación, con el calor que hace, qué barbaridad.
Juntos pero no revueltos, Guillermo…
Nicolás, has escrito un relato de Matrícula de Honor, es genial.
Enhorabuena, mi voto y mucha suerte.
Te agradezco muchísimo tu comentario y tu apoyo, Aurora. Un saludo.
Qué buen homenaje a la justicia. Tu micro también va a ser inmortal, pero perfecto.
Enhorabuena.
Mi voto y un abrazo.
Muchísimas gracias por tu elogioso comentario, a todas luces excesivo. Un abrazo
Muy bueno, Nicolás, «laborare stanca» y no hay labor más cansada que la de la justicia. Voto.
Muchas gracias, Manuel. La Justicia necesita unas vacaciones y los humanos más humanidad. Un abrazo.
Esa imagen de la Justicia en plan relax, como si no hubiese cámaras delante, es muy humana y rompedora. Por eso llévate mi voto en su nombre, de la Justicia, digo. Un abrazo.
Y me ha faltado que se tome una copa en la azotea del palacio, pero no me atreví por si al final se tiraba al vacío, que tal y cómo está el mundo… Muchísimas gracias por tu comentario y tu voto y otro abrazo para ti.