Nicolás Montiel Puerta

Microrrelatos publicados

  • ÚNICO TESTIGO

    La conocía de toda la vida. El roble, plantado en una primavera de hace doscientos años, meció entre sus ramas a Elena, cuando era una niña. Y fue testigo de su primer beso, y fue respaldo de sus suspiros, anhelos y sueños. El asesino de Elena, recurrimos al manido tópico, no parecía ser capaz de hacerle daño a nadie y, sin embargo, la apuñaló 23 veces. Antes de la agresión, ella procuró razonar con él, pero únicamente consiguió aumentar el sinsentido de su ira. Ella se abrazó al roble para que volviera a mecerla, para que la salvara.
    Esta mañana, previa formación de la comisión judicial y tras una confesión interesada, se ha procedido a la reconstrucción de los hechos. Cuando el asesino se ha aproximado al roble, casualmente se ha desprendido una rama que ha impactado en su cabeza. Ha muerto en el acto. Que no descanse en paz.

    | Abril 2024
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 9

  • EL ÚLTIMO TREN

    Sentado en un banco del andén, ajeno al paso de los trenes que llegan y salen dando cumplimiento aproximado a los horarios que señala el panel del vestíbulo, bajo un reloj perpetuamente atascado en las seis y diez. Claudio, con su chaquetón azul marino y su gorra mal ajustada, no repara en los pies apresurados de los viajeros, concentrado como está en exprimir el auto de sobreseimiento libre, amarillento como sus dedos de fumador empedernido y rebelde. El abogado le dijo que podrían acusar a aquellos malnacidos, que los meterían en la cárcel, que se pudrirían en ella, que el juicio sería sonado… No. Ni juicio, ni cárcel, ni esperanza.
    Empieza a llover. Otra vez la tormenta. Su tormenta.
    Hoy se cumple el quinto aniversario y su Lucía no se bajará del último tren. Claudio la esperará de todos modos.

    | Junio 2022
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 42

  • CAOS

    Mi estrambótica semana:
    Lunes. Despierto convencido de ser un ladrón y, claro, me veo abocado a la comisión de un robo contra alguien que nada en la abundancia.
    Martes. Despierto convencido de ser la víctima y, conjugando el verbo empatizar, me denuncio por robarme lo que me sobraba.
    Miércoles. Despierto convencido de ser policía e investigo por internet, me descubro, me detengo y me interrogo hasta que confieso.
    Jueves. Despierto convencido de ser abogado y cuestiono todas las pruebas y las resoluciones desestimatorias de mis legítimas pretensiones absolutorias.
    Viernes. Despierto convencido de ser juez y me juzgo culpable y me condeno a cuatro años y un día cualquiera de la semana.
    Sábado. Despierto convencido de estar preso y me maldigo por haberme elegido como abogado.
    Domingo. Despierto convencido de ser Dios y descanso, dejando que el libre albedrío me arruine la vida en el valle de mis sombras.

    | Febrero 2022
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 39

  • KABUL

    Avanzo sorteando los rostros de todos los niños que sus padres me ofrecen como trofeos, obsequios preciosos que desean preservar. El caos, el riesgo de los disparos lejanos cada vez más cercanos, la visible desesperación y el silencio del miedo que todo lo envuelve.
    Mis ojos se centran en mis botas de occidental protegido por la casualidad de un pasaporte concreto. Un geo me empuja para que suba al avión, conminándome a no mirar atrás, pero atrás es donde se quedan ellos, mis compañeros abogados con los que llevo trabajando nueve años en una destartalada oficina para la reordenación del tejido de suelo cultivable, tan escaso como sufrido.
    Trajimos palabras como Libertad, Justicia, Igualdad, Solidaridad, Progreso, y las hemos dejado caer al suelo desde nuestras bocas mentirosas, pisoteándolas con el paso cobarde de nuestra huida.
    Menos mal que la bodega de este avión no tiene ventanillas.

    | Octubre 2021
     Ganador
     Votos recibidos por la Comunidad: 40

  • CONTICINIO

    Cuando las luces se apagan y las puertas se cierran, ella se quita la venda de los ojos, deja caer la espada y la balanza y, de paso, la túnica, y deambula desnuda por su palacio. Bajo sus pies descalzos siente una frialdad aliviadora, que le calma el dolor de cabeza que la diversidad de las voces de abogados, procuradores, acusados, víctimas, demandantes y demandados le perpetúan día tras día. Todos la invocan con carácter urgente, buscando la seguridad que se le presume, para fortalecer sus postulados y pretensiones. Pero ella está cansada, y el reflejo que el espejo del vestíbulo le devuelve agudiza las arrugas que la responsabilidad, el paso del tiempo y la vileza de los hombres han perpetrado en su rostro.
    Antes de acostarse, en acto de contrición, lamenta sus errores y se duerme pensando que es imperfectamente inmortal.

    | Agosto 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 51

  • AÑO 33

    El abogado sube apresurado las escalinatas del palacio del prefecto. El detenido al que debe asistir está en la celda de la derecha, e ignora que es beneficiario de la justicia gratuita romana.
    -Buenos días, me llamo Tito Graciano y me han asignado tu defensa.
    El letrado lee el pergamino de la acusación buscando algún argumento vulnerable. Al terminar, suspira y procede con la orientación de su defendido.
    -Te recomiendo no contestar a ninguna pregunta, porque del delito de sedición, el más grave, no tienen pruebas.
    El Galileo mira a Tito Graciano con dulzura, sonríe y dice:
    -La verdad os hará libres.
    -Guarda silencio, te lo ruego.
    Jesús posa sus manos sobre las del abogado y añade:
    -Está escrito que hoy he de salvar a Barrabás y, con él, a todos los hombres.
    Tito Graciano asiente. Sólo cabe alegar insania y pedir clemencia para semejante iluminado.

    | Julio 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 27

  • MIOCARDIOS

    Ella le rozó la mano y sus miradas se enredaron. Él quiso ser viento, ella quiso ser lluvia, los dos quisieron ser mar. Y eso les llevó a invertir todo cuanto tenían en la producción incansable de besos, caricias, abrazos, risas, sueños y esperanzas. Pero un mal día, sin reparar en ello, dejaron de mirarse, de hablarse, y, lo que es todavía peor, de susurrarse, y su particular industria matrimonial quebró. Y descubrieron su absoluta incapacidad para la adaptación a un nuevo modo de amanecer cada mañana.
    Hoy, sentados frente a frente, asistidos por sus abogados, ponen punto y final a lo que ocupó trece años de sus vidas, y lo hacen con un convenio regulador en el que no hay espacio, ni siquiera un maldito párrafo, para hacer constar cuánto se quisieron hasta que el viento dejó de despeinarlos, la lluvia de mojarlos, y el mar de reconfortarlos.

    | Mayo 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 38

  • 12.343

    Alma tuvo que ocuparse sola de su hijo. Vivían en esa zona de la ciudad que queda a la izquierda de cualquier autovía, y que al pasar solemos mirar de reojo. Sin suministro eléctrico, sin alcantarillado, sin asfaltado, sin otra cosa que necesidad. Por no delinquir, pasó hambre, teniendo la mendicidad como único recurso para proteger a su hijo de los nubarrones en perpetuo crecimiento que oscurecían ese mundo olvidado tan alejado del centro.
    Y en el centro, hace un mes, Manuel murió atropellado por un conductor borracho que fue puesto inmediatamente en libertad, ella cree que por ser hijo de quien es.
    Le prometo que haré todo cuanto pueda, y al despedirnos reparo en la pulsera negra que luce en su mano derecha.
    -¿Cuenta usted los pasos que anda cada día?
    La mujer suspira antes de responder:
    -Cuento los pasos que hay desde mi casa al cementerio: 12.343.

    | Febrero 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 39

  • EL MAR DE BÁRBARA

    Te lo prometí, lo sé, pero no soy capaz de empezar. Porque sin ti ya nada es lo mismo. Y hace tres años que le doy vueltas y más vueltas y todo lo que se me ocurre resulta banal, insuficiente, ahíto de pobreza de espíritu.
    No pudo ser cuando no fue y nuestra oportunidad desapareció como las últimas palabras que nos dijimos, bonitas aunque en exceso tardías.
    Tu toga cuelga del perchero, vacía de contenido como un recurso de apelación desesperado. Tu boli de cuatro colores sobresale del bolsillo de mi camisa, acompañándome de juzgado en juzgado, para que no termines de irte, para que me ayudes a erradicar la injusticia de este mundo que a todo el mundo le viene grande, por ser tan global como absurdo.
    Te lo prometí y algún día lo conseguiré. Contaré tu historia y todo lo que hiciste por los demás, letrada.

    | Enero 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 59

  • LA TORRE

    Cuenta la leyenda que en la escalera abundaban los cadáveres de abogados. Hombres y mujeres que, en su día, franquearon el acceso e iniciaron el ascenso a la torre en cuya cima habitaban la Justicia y la Verdad.
    Con una mochila de ilusión, subían cada peldaño anhelando alcanzar el rellano definitivo. Pero la escalera no se acababa nunca, y a cada tramo le sucedía el siguiente, y así pasaban los años y los abogados trepaban empeñados en proteger a sus clientes, agotando la salud, sin vislumbrar la cumbre, y trataban de tomar aliento por las exiguas aberturas de las saeteras, mientras las arrugas atacaban sus rostros, transformándoles la edad y la vida.
    Y, de vez en cuando, la Justicia y la Verdad, a menudo regañadas, se asomaban por el hueco de la escalera para vigilar los pasos de sus discípulos.
    Cuenta la leyenda que jamás nadie regresó de la torre.

    | Octubre 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 31

  • NEGRA NOCHE

    Los dos trajes desentonan. Igual que las corbatas, los zapatos lustrados y los maletines. No es su lugar, pero sí su momento. El abogado más veterano toma la palabra frente a la concurrencia:
    -No se puede hacer nada más, salvo liquidar la empresa… No puedo decirles otra cosa… Ustedes saben que ya no hay pesca, los caladeros están agotados, el agua contaminada por los vertidos de petróleo y el plástico acumulado en la zona… No podemos conservar esta flota.
    El otro letrado observa con aprensión los rostros endurecidos de los hombres de la mar, que permanecen en silencio, la mayoría con la mirada perdida. El bar/sala de reuniones de la cofradía está atestado de indignada resignación.
    Manuel sale discretamente del edificio en dirección al muelle. No necesita oír nada más. Solo el rumor de la marea que viene y va. El mismo rumor que adormeció para siempre a su padre.

    | Junio 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 33

  • PARALELEPÍPEDO

    No lo vio venir. Salía del juzgado distraído, mirando el móvil, después de asistir al enésimo detenido de su carrera. Y se topó con la manifestación de frente, y en la frente le cayó el adoquín.
    En el hospital le indujeron el coma del que acaba de despertar. Siempre ha sido un tipo con suerte; se ha ahorrado el confinamiento, la incertidumbre, el miedo; no se ha puesto una mascarilla ni se ha lavado las manos hasta casi borrarse las huellas dactilares; no ha sufrido por su familia, por sus amigos, por los desconocidos que iban alimentando diariamente las dramáticas cifras del Ministerio; no ha visto ningún informativo ni ha tenido que hacer yoga, meditación, o flexiones. No ha tenido que rezar.
    Hoy, neutralizada la propagación del maldito coronavirus, le han puesto la vacuna, y le han dado el alta.
    Mañana vuelve al despacho y amenaza con abrazarnos.

    | Abril 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 43

  • PAISAJES

    Érase una vez mi madre.
    Canturreando en la ventana mientras regaba las plantas con mimo.
    Trayéndome un Cola-Cao para que el Título V del Código Penal se me metiera en la cabeza entre sorbos y artículos.
    Levantándose para comprobar si yo me había quedado dormida en aquella lejana madrugada de mis oposiciones a judicatura.
    Orgullosa por darme, con mucho sacrificio, la oportunidad de ser alguien, de deambular por el lado positivo de la vida con la cabeza bien alta.
    Ella, en sus tiempos, casi siempre malos, caminó la senda de la desigualdad con los pies descalzos, armada con su optimismo y su mágica sonrisa, peleando por mí, y por todas las que vinieran detrás, abriendo brecha en una sociedad que conjugaba el verbo discriminar con inhumana eficacia.
    Cuando mi hija me pregunta por ella, suelo comenzar diciendo:
    Érase una vez tu abuela…

    | Marzo 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 36

  • SÍNDROMES

    Recorro la acera arriba y abajo, frente a la puerta del bufete de abogados en el que mi hijo Mateo aspira a trabajar si la entrevista que le están realizando prospera.
    - Con tu corbata de la suerte, el empleo es mío, papá – ha dicho con su lengua de trapo esta mañana frente al espejo.
    Su madre y yo hemos sonreído un instante, orgullosos de su optimismo, de su crecimiento permanente, absolutamente convencidos de que Mateo es productivo para esta sociedad. Quiere ser abogado y ya ha empezado a leer el tocho de Derecho Civil de Díez-Picazo que le he comprado en Amazon. El año que viene se matriculará en la universidad.
    Si consigue el trabajo, de auxiliar administrativo, Menéndez & Mortimer Asociados se llevarán un regalo. Mateo tiene como misión promover la alegría a su alrededor. Su Síndrome de Down es inclusivo, a diferencia del nuestro.

    | Febrero 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 52

  • ENTRE UNOS Y OTROS...

    El perro no se aparta de su lado, obediente por lealtad y costumbre. El viejo, sentado en un peñasco, contempla el horizonte con tristeza, mientras su mano derecha acaricia el cuello del animal.
    El resplandor de las llamas ilumina la noche que se vislumbra eterna en un ecosistema otrora ahíto de diversidad y ahora víctima de la degradación inherente a la presencia humana.
    El pirómano es introducido en el todoterreno de la Guardia Civil a toda prisa, entre el silencio generalizado de la concurrencia. Sólo se oye la voz del abogado recomendándole no prestar declaración ante los agentes. Su prioridad, como corresponde, no puede ser otra que proteger los derechos del detenido.
    Cuando el vehículo policial se aleja, las miradas del viejo y del abogado se cruzan un instante.
    --- Buenas noches, abuelo.
    --- Buenas noches, letrado.
    El abogado piensa que lo único en verdad sostenible es el cariño.

    | Enero 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 34

  • LIMBO

    Siempre se aparece en la cocina, el primer lunes de cada mes, a la hora del desayuno. Trajeado, pulcro, impecable, acostumbra a perder su mirada a través de la ventana.
    El primer día que lo vi por poco me da un infarto. Me giré después de sacar la leche de la nevera, y ahí estaba él, enarcando las cejas, concentrado en el contenido del papel que sostenía su mano derecha.
    --- Son unas notas para la vista de las diez, soy abogado --- me dijo en tono amable.
    Obviamente, dada mi torpeza para gestionar las presencias sobrenaturales, no dije ni mu. Eché a correr y me encerré en el baño. Él atravesó la pared y me contó su historia.
    No sabe por qué está en mi casa, ni hasta cuándo. Y encima, sólo yo puedo verlo. Laura no sabe que vive con un fantasma… o con dos.

    | Septiembre 2019
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 40

  • LO IMPOSIBLE

    La flor de cactus entró en mi despacho y se quedó de pie.
    --- Mejor no le doy la mano --- me dijo.
    --- Sí, claro… ¿En qué le puedo ayudar?
    --- Quiero demandar a todas las flores del mundo.
    Me quedé perplejo y lo manifesté alzando las cejas.
    --- ¿Acaso me he equivocado de abogado?--- insistió.
    --- No, por supuesto que no.
    --- Lo celebro, me ha sido recomendado por el calcetín desparejado al que usted consiguió una pensión compensatoria después de quedar desfavorecido en el reparto de cajones.
    --- ¿Y por qué quiere demandar a las demás flores?
    --- Porque el tallo de ninguna de ellas pincha tanto como el mío… ¿Me va a representar?
    --- Por descontado, su pretensión es perfectamente legítima.
    Esa misma tarde profundicé en el proceloso mar del derecho consuetudinario y logré armar una contundente demanda por ejercicio desleal del derecho a la belleza.

    | Julio 2019
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 40

  • FADO Nº1

    Él se llamaba Manuel. Ella Mafalda.
    Él era contrabandista, ella “advogada”.
    Él cruzaba el río, ella esperaba al otro lado del puente, leyendo el cartel donde ponía “Espanha”.
    Él navegaba a vela y cada dos por tres naufragaba, ella acudía al rescate, con la sonrisa tensa, con la melena al viento, con su llamativo maletín verde, de cocodrilo blanco, repleto de artimañas.
    Y los dos se miraban a los ojos, se acariciaban, él con las esposas apretadas, ella con la toga en la mano, con el tacón afilado, desplegando su magia.
    Tan contentos, tan unidos, tan seguros, sin respetar La Raya que no los podía separar, que no era frontera, que no era nada.
    Y cuando Manuel, aquella última noche, no reapareció entre las aguas, Mafalda tuvo que decretar silencio y luto eterno en el Guadiana.

    | Junio 2019
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 14

  • JUSTICIA POÉTICA

    Con la urna depositada sobre el tronco caído de la palmera, Evaristo efectuó el análisis de la situación: no había esperanza. Su mensaje no había calado entre sus compañeros letrados. Su competencia para comunicar su condición de imprescindible había fracasado. Qué podía hacer contra socios fundadores, asociados sénior, y demás togas ilustres. Siempre se había considerado a sí mismo como un náufrago en los pasillos de los juzgados, un pistolero solitario que cabalgaba a lomos de su agudeza jurídica. Y había llegado el momento de pagar el precio. El recuento de votos fue un paripé; por 16 votos a favor y 1 en contra, el suyo, los miembros supervivientes de MMMM Abogados decidieron que no había sitio para Evaristo en la balsa.
    Diez minutos después, remando con sus maletines, los vio alejarse desde la playa, y sonrió cuando, por encima de la lámina de agua, aparecieron varias aletas de tiburón.

    | Mayo 2019
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 8

  • CORTOCIRCUITO

    El incendio comenzó en la tercera planta, en la sala de vistas del penal número 2. El fallo habitual: la magistrada comenzó a vomitar chispas, poniendo fin al eficiente control de los interrogatorios; luego, al abogado de la defensa se le ocurrió arrojarle el agua de la botellita que portaba en su maletín. Los informáticos, verdaderos responsables de la reciente transformación del Derecho, acudieron enseguida, pero ya no pudieron hacer nada. La juez, modelo Amanda 23.0, se retorcía en su asiento sin dejar de repetir la palabra improcedente.
    En la cafetería de enfrente, los funcionarios y abogados en cuyo pecho todavía latía un corazón humano se lamentaban, entre cafés y orujos, del colapso judicial que la inteligencia artificial había agravado.
    Yo recordé mis primeras palabras como ministro: “Es un gran desafío, pero con el esfuerzo de todos, vamos a modernizar de una vez por todas la justicia de este país…”

    | Abril 2019
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 8

  • APAGAD LA LUZ

    Mi nave se adentra en la atmósfera terrestre. Hace diez años que no vengo a la Tierra e, incumpliendo la máxima de no volver al lugar donde has sido feliz, me acerco a mi pasado. Soy el último, el único. Ya no queda nadie.
    Mi ponencia, que cierra el congreso, es un canto a la abogacía perdida, la que se daba exclusivamente entre humanos. Ellos no la entenderán; no usan togas, no sienten empatía, no se dan la mano.
    Hablaré ante ojos mecánicos, incapaces de parpadear o derramar una lágrima. No mencionaré las bondades de la capacidad transformadora de la innovación en una profesión hoy relegada a una base de datos interplanetaria; no aludiré esperanzado a un futuro que ya no me interesa.
    Voy a hablar de gente decente que conocí en lo que ahora me parece otra vida.
    Mi nombre es Jacinto, y mi número de colegiado es…

    | Marzo 2019
     Finalista
     Votos recibidos por la Comunidad: 7

  • CINCO FAROLAS

    Era su último expediente. Y después de archivarlo se jubilaría. Por fin dispondría de tiempo para su familia, para sus amigos, para sí mismo, recuperando esa intimidad durante años postergada por las premuras y las cuitas profesionales. Toda una vida siendo abogado, ejerciendo la profesión con honradez, compañero leal y bienhumorado, elegante en la disputa, prestidigitador de fundamentos jurídicos contundentes y atinados. El listón en todo lo alto.
    Y voy yo, educado en sus enseñanzas, y la pifio a las primeras de cambio; además, sin posibilidad de enmienda. Su confianza, precipitada visto lo visto, vapuleada por mi traición. Extravié la documental, esencial para el caso que nos ocupaba, y él asumió la responsabilidad.
    Ahora trabajo en la tasca Cinco Farolas, y algunas mañanas lo veo caminar por la acera de enfrente. Si nuestras miradas se cruzan, él siempre me muestra una leve sonrisa.
    Fue nuestro último expediente.

    | Abril 2018
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 11

  • RUNRÚN

    --- Todos acaban aquí. Como los elefantes, saben donde tienen que morir. Va en su ADN. Llevan viniendo a la Gran Pradera desde el principio de los tiempos, para que su espíritu encuentre el camino de la Verdad. Pero ahora, fíjate, esto está desbordado. Como si una pandemia hubiera devorado las togas y los legajos, arrasando audiencias y juzgados. Y los abogados errantes, perdidos en el laberinto de leyes y sentencias, de pruebas y presunciones, expuestos a cualquier meneo de la norma procesal, en un último intento de solventar lo que no supieron solventar en su día. Hallar la paz.
    --- ¿Están locos, padre?
    --- Cómo no habrían de estarlo, hijo mío, si lo que buscan es Justicia.
    --- ¿Por eso hablan solos?
    --- Claro, le dan vueltas y vueltas a la cabeza, y nunca descansan.
    --- Yo no quiero ser abogado, padre.
    --- Amén a eso.

    | Mayo 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 2

  • JORNALERO DE LA TOGA

    No conduce un bemeuve, ni luce corbatas de seda sobre camisas con sus iniciales bordadas. Sus desgastados zapatos corren del juzgado a la comisaría, de la notaría al registro. Sus días están regidos por la premura de defender los intereses de clientes que no le pagan, que no le pueden pagar. En su despacho de la asociación benéfica para la que trabaja no caben más de tres personas juntas, incluido él.
    Es un tipo duro. Nos ha ganado siempre. A la hora de litigar su resistencia es infinita. Cuando creemos que lo hemos tumbado, que ha besado la lona, se levanta de un salto esgrimiendo un argumentario correlativo demoledor, definitivo.
    Podría ganar mucho dinero con nosotros. Mucho. Cuando se lo decimos, proponiéndoselo por enésima vez, él nos mira y se limita a sonreír. Es un mentecato.

    | Abril 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 8

  • RUMBO DE DERROTA

    --- No existe la verdad, existe el procesal, y nuestra obligación es conocerlo con el automatismo de una oración aprendida en la infancia.
    El orador giró el puro entre sus dedos y, ante el asentimiento del resto de comensales, prosiguió:
    --- Nuestra independencia radica en nuestra fuerza, y nuestra fuerza no se basa en la verdad ni en otras zarandajas por el estilo, sino en el conocimiento de las grietas de la Ley… Así los sacamos de la cárcel.
    Los socios sonrieron y el aspirante a serlo se levantó para volver a poner el disco de Ella Fitzgerald, que debía amenizar la puesta de sol que se dibujaba en el horizonte de la terraza de la décima y última planta.

    | Marzo 2016
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 4

  • EN UNA GALAXIA MUY LEJANA

    Cada vez que se ponía la toga se sentía como un Jedi, y no dudaba en recorrer todo el universo de la jurisdicción contencioso-administrativa para enfrentarse a cualquier administración del Imperio. Era su destino y nada podía hacer para cambiarlo. En su juventud, en la Luna de Endor, donde cada año era siempre bisiesto, su padre y maestro, críptico por costumbre, se lo dejó muy claro:
    --- Éste es tu cuadrado, todos tenemos uno, y nos acompaña toda la vida. No permitas que nadie te avasalle y lo pise, y nunca pises tú el de otro… Recuérdalo.
    Años después, cuando él mismo se convirtió en ejemplo y fiador de sus propios aprendices, su padre aún solía aparecérsele en forma de colorido holograma, caminando circunspecto por encima del arco iris para insistirle:
    --- Eres abogado, cuidado con el reverso tenebroso de la fuerza.

    | Febrero 2016
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 5