TRAS LA OSCURIDAD
María Dolores Navarro Esteban– Está muy oscuro y me está entrando mucho miedo.
– La oscuridad es breve; en seguida verás la luz. Ha llegado tu turno, y ya no hay vuelta atrás.
– Estoy nervioso, tengo…, más que miedo…, terror a lo que me espera.
– Pues por eso estamos aquí todos nosotros: tus abuelos, tus padres, tus hermanos… Todos hemos venido a ayudar. Pon concentración en los movimientos que haces y saldrás de la oscuridad pronto.
– Todo es estrecho, no voy a caber por ahí.
– Sí, ¡venga! Asoma la cabeza con orgullo y échanos una miradita.
– Voy a intentar relajarme y repasar todo lo que tengo que decir.
– ¡Bien hecho!, ya tienes la cabeza fuera de la oscuridad, ahora es fundamental que saques un brazo y luego el otro. En el momento que tengas los brazos enfundados, la toga te quedará perfectamente colocada por su propio peso.
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Un parto redondo, sí señora.
Espero que ahora que el hombre ha visto la luz no se ponga a llorar.
Jajaja, cierto.
Muchas gracias mi microrrelatista favorita.
Enhorabuena. Has alumbrado una excelente historia. Ha tenido que ser un parto duro , pero con una luminosa recompensa. Mi voto y mucha suerte.
Muchísimas gracias por leer el microrrelato, por tu comentario y por tu voto.
Te envío desde aquí mucha suerte también para tu micro. Me gustó cuando lo leí y de inmediato le di mi voto.