Desirée Paredes Boj
Microrrelatos publicados
LA MISIVA
“Gaznápiro, mentecato, zascandil, picapleitos...” Hasta cien agudos insultos conté, un largo e ingenioso etcétera de improperios. Esa fue la carta de despedida que mi cliente me entregó.
El juicio estaba perdido desde el principio. El fiscal lo sabía. Mi cliente -en el fondo- lo sabía. Yo lo sabía. No cabía absolución y así se lo advertí en su primera visita. Sus días de libertad podían contarse en el calendario. Pero hizo caso omiso e insistió en continuar.Así que, ¿qué podía hacer yo? Era un exitoso abogado, no un mago. Y lo que necesitaba mi cliente era un fenómeno paranormal para salir absuelto.
Aunque juró venganza al más puro estilo cinematográfico, no me preocupé. Mientras caminaba hacia el asilo para visitar a mi padre, hice un breve repaso de sus palabras. No pude sino sonreír. “¡Qué dominio del insulto!”, pensé. Y rompí en pedazos la incisiva misiva.
| Enero 2015
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