Juan Carlos Gómez Jaimes
Microrrelatos publicados
LA PAREJA IDEAL
Él era un joven apuesto y ambicioso; ella, una viejita encorvada, con antiparras de culo de botella y las carnes de una pasa: la pareja ideal. Aquello parecía una feria, el banquete prometía delicias, y las olas del Mediterráneo acariciaban el altar. El juez apuró el trámite y puso el acta sobre la mesa. La viejita comenzó una lenta cacería de letras menudas. El joven se impacientaba.
—Vamos, cariño, terminemos.
La viejita sonrió. Puestas las rúbricas, el joven condujo a la viejita al privado. Hizo su mejor esfuerzo para que los invitados atestiguaran la veracidad de su unión. Y, enseguida, se escabulló. Tenía el acta, solo eso necesitaba. La leyó ufano, pero un escalofrío lo estremeció. Las cláusulas incluían capitulaciones. Ya sin remordimiento de relevar sus intenciones, se acercó a la viejita.
—¡¿Qué significa esto?!
La viejita alzó la copa y brindó.
—Significa, cariño, ¡que aún soy una excelente abogada!
| Agosto 2024
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 13LA CLÁUSULA
Cuando la polvareda se disipó, me arranqué el casco para aliviar la presión. Varias esquirlas habían quedado incrustadas. Perseguí el ruido de los motores entre las nubes, pero los aviones estaban muy lejos. Me tranquilizó saber que ya no les importábamos. Avancé unos pasos para revisar a mi compañero. "¿Dónde estoy?", me preguntó. "En la guerra", le dije. Se sonrió mientras un hilo espeso de sangre le bajaba por el mentón. "Hay que hacer una reforma, viejo", me dijo, divertido. "Sí, sí", le respondí, "cuando vuelva a casa seré un abogado y acabaré con esta barbarie". Trató de reírse pero cayó en estertores. "Por ahora, la única guerra que puedes finalizar es la mía", me dijo con una voz muy tenue. Ya casi sin fuerza, desenfundó el arma y me la puso en las manos con cariño, como si fuera un pajarito. Habíamos sellado esa cláusula especial hacía mucho tiempo.
| Octubre 2022
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 2