Por qué

Marina Bartual Vendrell · Madrid 

Duerme como una marmota, le levanto y le visto, empiezan los lloros. A regañadientes se sienta en su mesita y conecta la tele. Mientras ve a Pocoyo sorbe la leche y muerde la tostada con mermelada. Le peino y le pongo colonia. – ¿Por qué?- dice mientras se despeina -Venga, llegamos tarde, tesoro, son las 8:30 ¡y tengo que irme al despacho y primero dejarte en el cole!-. -¿Por qué?-. Ya me estoy alterando, nos lanzamos a la calle y subimos al coche. Tengo un juicio importante, alguien va a subir al estrado y es necesario que yo controle mis nervios, hoy consigo que nos quiten la fianza. – Mamá es abogada y hoy tengo juicio-. Le miró por el retrovisor, y espero dos segundos… -¿Por qué?- dice. –¡Ya está bien!- mis manos tiemblan. El retrovisor me devuelve su mirada, y de repente escucho –¡ porque tuuuuú lo digas!.

 

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