Una pequeña ayuda
Fernando Longoria El demandante reclamaba de forma reiterada al Juez, que se trataba de un claro delito de lesiones.
-¡Señoría, resulta escalofriante la patada a la altura de la rodilla, es evidente que existía mala fe! Mi representado ha tenido incluso que utilizar una loción curativa para regenerar los tejidos rotos – decía -.
El demandado en una posición más tranquila, negaba los hechos alegando falta de legitimación pasiva por no ser la persona que cometió los hechos.
El público de la sala parecía disfrutar, incluso algunos llevaron hasta su bolsa de palomitas. Su señoría se levantó en el acto, no lo tenía claro, y comunicándose con los jueces de la sala contigua hizo un gesto con la mano en forma de cuadrado, a modo de Rey. El VAR jurídico no fallaba. Tras una pequeña pausa y tras ver las imágenes repetidas, efectivamente era roja y sentencia condenatoria.
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She is 38, lives in Manhattan, loves caviar and oysters, definitely knows what jewels are, and a whole lot more. «I got hooked on watches the very first time I went to Baselworld,» she says. «I was probably most drawn to the Harry Winston premiere collection that has automatic movements in these absolutely stunning dials, with metiers d’arts. I also remember seeing some of the independent designers, like Louis Moinet, and just thinking it’s mind-boggling what link these watchmakers can do.»