Imagen de perfilOperación despido

Esperanza Temprano Posada 

No podía comenzar peor el día, al llegar a la oficina me encontré enfrente de mi mesa un holograma de inteligencia artificial dispuesto a ser mi asistente en la negociación de un asunto muy importante para el futuro del despacho. Mi jefe, que por sus dotes podría pasar más por comercial que por abogado, me vendió la idea de que ese holograma era la manera más eficiente de interpretar la ley y evitar así que ningún vacío legal diera al traste con la operación. ¿De qué operación me hablaba? Y si era tan importante para el futuro del despacho ¿por qué lo dejaba en mis manos y no lo resolvía él personalmente? Durante la semana pude comprobar cómo los hologramas de mis compañeros se apoderaban de sus despachos, mientras yo rehuía al mío hasta que nuestras miradas se cruzaron y me dijo con voz solemne: «Tenemos que hablar»

 

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