Dos Hermanos

Daniel Rodríguez Rivero · Fuengirola (Málaga) 

Apenas eran unos niños cuando la suerte decidió que no sería su compañera de viaje. En un mundo en crisis, los lazos familiares sucumbían ante la arrolladora fuerza de la necesidad y así, una fría mañana, tuvieron que separarse en un desolado muelle. Antón vió como la figura menuda de su hermano se iba desdibujando en el horizonte, hasta zambullirse en la neblina del tiempo. Con los años, prosperó hasta convertirse en abogado. Pasaba su tiempo en el juzgado, entre apelación y apelación, sin dejar de buscarle. Finalmente, logró encontrarlo en una pequeña ciudad donde ofrecía sus servicios de gourmet. Una noche, mientras paseaba en busca de la dirección de su casa, vio surgir de la bruma nocturna, una figura familiar. No hicieron falta palabras. El reloj retrocedió varias décadas y allí, media vida después, se abrazaron con los ojos inundados de tristeza. – Apenas éramos unos niños…

 

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