Hoy he colgado el letrero con mi nombre en la puerta del bufete. Mario nunca lo sabrá, pero el suyo figura también, embadurnando las paredes, bajo el papel pintado. He recordado cuando volvía con hambre del colegio y el suministro eléctrico se mofaba de una nevera sin recursos. Siempre quería albóndigas con muchas patatas, porque estaba en pleno crecimiento. Con los lápices de mamá aprendí a dibujarle sus comidas favoritas. Se relamía. Esa tarde hacía frío. Le pinté una estufa y mantas con el rostro de mamá, para que no la echara en falta. Porque era la mayor. Porque se lo prometí. De madrugada, llegó papá trastabillando. Nos hicimos ovillo cuando abrió la puerta. Mario dibujó en la pared un escondite que me pudiera proteger, como cientos de veces vio hacer a mamá…
En mi mesa: un portátil, sus fotos infantiles y los lápices que no consiguieron dibujarle una vida.
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Muy hermoso Towanda! Me ha gustado mucho
Un abrazo y un voto! Muchísima suerte
Muchas gracias, Jero.
Me alegro de eso.´
Un abrazo para ti, también.
Emocionante y delicioso, Towand.
Mil gracias, Carmen.
Abrazote.
María, me he quedado con un nudo en la garganta.
el maltrato en la familia es horrible.
Te deseo mucha suerte con tus Recuredos.
Hola, Carmen.
Horrible, horroroso, dañino…
Gracias por comentar y un abrazo gigantesto.
Towanda, felicidades. Haces un gran retrato de la infancia, una etapa importante en la educación de una persona. Aqui tienes mi voto. Suerte, campeona.
Hola, Juan Carlos.
Muchísimas gracias por tu amable comentario. Ay, la infancia, cuántos malvados son capaces de destrozarla.
Te mando un abrazo enorrrrme.
Muy bonito.
Muchas gracias, José Ignacio.
Un abrazo.
Eres una máquina de pergeñar maravillas. Un relato fantástico, de una sensibilidad arrolladora, pese a la dureza de su temática. Ojalá pudiésemos dibujar en las paredes un refugio cada vez que los lobos nos acechan. Eres grande y mágica. Enhorabuena y mi voto, y un abrazote gordo.
Ojalá tuviésemos unos lápices que nos permitieran huir a mundos maravillosos y alejarnos del dolor. Y, también, el poder de hacer que lo ruin se convirtiera en fantasía.
Agradezco enormemente tus palabras, señor Barrabás.
Un abrazo gigantesco.
Esta abogada sabe, mejor que nadie, defender a quien debe, aunque sea muy difícil, aunque tenga todo en contra, aunque su cliente esté del todo indefenso. Hizo cuando pudo para proteger a su hermano, que no sobrevivió en un entorno familiar hostil, como tampoco su madre. Ella sí. Seguirá dibujando su buen hacer con palabras en torno al ordenamiento jurídico en pos de quien más lo necesita. Seguro que elige muy bien a sus representados y lucha por ellos hasta la extenuación.
Un relato lleno de fuerza y sentimiento, con ese buen hacer que, por acostumbrados que nos tengas, no deja de impactar.
Un abrazo y suerte, Towi
Ángel, estoy contigo. Ojalá pudiésemos, a pesar de tener todo en contra, ser capaces de seguir luchando contra el maligno (léase injusticia, dolor, maltrato, abuso de poder).
Mil gracias por tu comentario hermosísimo, como siempre.
Un abrazo gigantesco.
Bello, muy bello Towanda. Es uno de esos relatos que te revuelven por dentro cuando los lees. Y qué forma tan personal de contarlo. ¡Enhorabuena!.
Hola, María.
Mil gracias por tu comentario. Eres muy amable.
Te mando un abrazo enormísimo.
Querida Towi,
Otro de tus relatos que abofetean el alma con esa forma tuya de contar con pedacitos de vida, de detalles, de insignificancias que esconden tanto como ese letrero que cuelga tu protagonista. Esa hermana mayor que acabó protegida por el pequeño, hechos ovillo, preciosa expresión, táctil, acogedora, protectora. La mezcla de ese mundo infantil de fantasía contrapuesta con la tragedia que subyace en la historia, cruda y horrible.
El final, como suele ser habitual en ti, a pesar de desvelar y redondear la historia, normalmente dura, no deja un poso amargo. Y eso no es fácil de conseguir…
Eres una artista, amiga!!!
Te deseo la mayor de las suertes con este voto dibujado en multicolor y con forma de ovillo.
Y un abrazo ovillado (se puede decir?, je, je…) también!!!
Marta
Querida Martutxi,
Otro de tus comentarios para guardar y después releer y releer.
Es un entusiasmo el que tienes siempre que contagia. Hala, que me voy de verbena con lo contenta que me has puesto.
Muchísimas gracias, siempre.
Y este beso sincopado con abrazo de tacones.
María, pensaba como iba leyendo que la historia no terminara de ese modo tan conmovible. Me ha gustado mucho.
Elena, muchísimas gracias por tu comentario.
Un abrazo gigantesco.
No defraudas. Has dibujado en la pared una puerta para la emoción y la denuncia. Gracias
Hola, Ángel.
Mil gracias, o más,
Me alegras la mañana como decía Marisol: «Tú eres como el sol de la mañana que entra por mi ventana… lalalalala»
Un abrazo enorme.
Qué bonito, Towi, y qué duro! Te dibujo con mis lápices de colores un sobre con mi voto y un trébol de cuatro hojas. Besicosssss
Hola, Capi.
Me guardo el sobre y cuelgo el trébol en la puerta de mi casa, para que solo entren cosas buenas o muy buenas.
Un abrazo gigantesco, queridísima.
Saludos. Un tema muy actual abordado desde una mirada poética. Triste y hermoso. Mi voto.
Queridísimo, Cuba.
Recibo tus saludos, tu comentario y tu voto con el cariño que te mereces.
Un abrazo enorme y deseando leer tu historia.
Besos a la familia y cuídate mucho.
Qué bien dibujan tus palabras.
Me encanta!!!
Lo veo ganador.
Hola, Yolanda.
No sé yo, pero mil gracias por ese comentario que, después de pasarme la tarde entera cocinando, me llena de alegría.
Un abrazo enormísimo.
Y mil gracias.
Es una historia preciosa, aunque tremenda.
Mi voto.
Muchísimas gracias, Ramón.
Un abrazo perimetrado.
Pero qué bonito.
Mil gracias, Margarita.
Un abrazo gigante.
Cada vez que Leo tus relatos tengo nostalgia del pasado. Me encanta de nuevo el sentimiento que plasmas
Mariiiiiiisa, qué haces tú por aquí?
Yo también hecho de menos muchas cosas: el trabajo, las risas, los cuentos, nuestras visitas, tus historias.
Mil gracias por hacerte carne y aparecer.
Un abrazo enorme.
Enhorabuena, Towanda. Cuanto más leo tu relato mas me gusta.
Un abrazo enorme y mi voto.
Gracias, Ana Isabel.
Un abrazo enorme.
Duro y emocional. Voto.
Gracias, Manuel.
Un abrazo gigante.
Towy, un final demoledor.
Tienes razón.
Un abrazo y gracias.
Un b uen micro. Me gusta mucho , lástima de final tan triste.
Para el próximo mes intentaré algo más alegre.
Besos.
Votada, María Sergia,
Gracias, Gioconda.
Besotes,
María Sergia, ojalá encontrara unos lápices como los tuyos para pintar un mundo más bonito. De momento con quitar la pandemia atroz que nos asola me daria por feliz. Muchos éxitos con tu historia de niños y de abogados.
Josefa, quizás todo sea cuestión de ponerle a la vida un poco más de chispa.
Gracias por comentar.
Abrazos.
Towanda, conmovedor e inquietante tu relato. El esfuerzo para pintar una vida mejor es tarea de todos, ojalá seamos capaces de conseguirlo. Enhorabuena.
Manuel, mil gracias por tus palabras.
En ese esfuerzo ando desde hace tiempo, no sé si llegaré a conseguirlo algún día.
Abrazos enormes.
Buenas,
me parece un microrrelato muy bien construido. El título me evoca nostalgia y el final también.
Saludo y voto.
Gracias, Israel.
Un abrazo gigantesco.
Buenas noches!
Me encanta tu manera de pincelar con palabras el retrato de un horror.
Mucha suerte!
Un abrazo
Hola, Alejandra.
Y yo te agradezco tu amabilidad como no he haces idea.
Un abrazo enorrrrme.
Excelente micro, María.
Dicen que Pau Casals, cuando tocaba, te ponía el arco del violonchelo en el corazón. Tú lo haces con la pluma, o el lápiz.
Recuerdo de pequeño dibujar estufas y decir que me calentaba con ellas (no vivía, ni mucho menos, la situación que describes en tu micro).
Mucha, y buena, suerte,Towanda.
Manuel, la alegría de volver a verte es casi tanta como la que me produce leer tu comentario.
Eres fantástico.
Un abrazo enorme y mil gracias siempre por todo.
Towanda, que puedo decir, me ha parecido un relato muy bueno. Nos envuelves con tus letras en una historia, por desgracia muy real. Ojalá no hubiese que contar más este tipo de historias, pero mientras ocurra, toda denuncia será poca.
Te deseo mucha suerte.
Este mes no os puedo hacer compañía, pero te dejo mi voto.
Un beso.
Hola, Javier.
Mil gracias por tu comentario y tu voto.
Un abrazo.
Un relato tremendo desde la vivencia de un niño. Golpea y estremece.
Mucha suerte, Towanda. Te dejo mi voto.
Besos apretados.
Hola Pilar.
Mil gracias por tu comentario.
Un abrazo enorme.
Towanda, ¿qué comentar de tu relato?
Como siempre, sorpresivo, emocionante, «real», «fantástico»…
Triste, esperanzador…
Bellisimo el juego de esos lapiceros que tratan de dibujar/crear realidades esperanzadoras, alagüeñas.
Un voto, un abrazoooo y mucho más.
Hola, Amparo.
Te agradezo muchísimo tu comentario tan amable.
Un abrazo gigantesco.
Towanda, como siempre mi admiración y mi envidia sana por tu prosa. Un abrazo y mucha suerte.
muy bonito y triste, parece que es la tristeza la que nos habita en estos tiempos…bsss