Visto para sentencia

Manuel Sánchez Vicente · Madrid 

Mi pasantía en aquel juzgado coincidió con la huelga de magistrados. “Queremos modernizar la Justicia, ya está bien”, me dijo el secretario antes de abandonar la sala para sumarse al paro. “Dejo aquí el sumario en el que está trabajando el juez, no lo pierdas de vista”, añadió. Cogí el mamotreto por dos folios, se rompieron, y el documento cayó al suelo a plomo, igual que un pichón abatido en una cacería. Tenía unas hojas tan desgastadas que se me deshacían en los dedos, como si fuera el cadáver de un legajo y yo un forense inexperto. Sorprendido, comencé a leer. El escrito desgranaba un caso en el que un astronauta estaba acusado de asesinar a su compañero con una llave inglesa. Miré la fecha. Habían pasado treinta años y aún no se había convocado el juicio. Recuerdo aquel día. El acusado había pisado Marte por primera vez.

 

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