Amianto
Marian Briceño Los doctores son pesimistas, sin embargo, tú estás convencida de que vas a salir de esta. En tu condición de abogada te hubiese creído pero hoy solo observo la figura moribunda de una madre que se apresura a darme sus últimos consejos. Con un hilo de voz me hablas de coraje y constancia para construir una buena reputación y que sea resiliente ante las adversidades. Entre lágrimas veo a esta luchadora incansable que nunca daba un juicio por perdido. Entre tus logros figura la paralización de numerosas construcciones en el casco urbano por emplear amianto, un material tóxico que puede provocar cáncer. A pesar del peligro, te empeñabas en pasearte por las obras y comprobar en situ si en alguna vivienda habían empleado la peligrosa sustancia. En su día lograste derrotar a las constructoras pero hoy la batalla la está ganando el amianto.
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A veces no somos conscientes de que todo tiene un precio, lo que hacemos y lo que dejamos de lado, acciones e inacciones conllevan consecuencias en los demás y en nosotros mismos. Cada uno tiene sus prioridades. Puestas sobre una balanza de pros y contras deberíamos saber elegir el coste que supone cada decisión que tomamos.
Fue a costa de su salud, pero tu protagonista hizo mucho bien. No hay nada más encomiable, alguien con principios que lo da todo por el bien común. Un gran personaje.
Un saludo y suerte, Marian
Gracias por tu comentario Ángel, un saludo
Enhorabuena. Una historia con final triste pero mucha enseñanza. Mi voto y suerte.
Muchas gracias Juan Manuel, un saludo!
Ese maldito amianto que tanto daño ha hecho.
Mucha suerte, Marian. Mi voto para esa abogada luchadora.
Besos apretados.
Qué triste, pero así es la vida. Y la muerte.
Suerte, Marian