Poetas en el foro

Gastón Riviere · Montevideo (Uruguay) 

A poco de comenzar la lectura del alegato de la defensa tuvo la impresión de que ese abogado estaba rematadamente loco. Al avanzar en la lectura, la sospecha se convirtió en certeza. Sin duda estaba brillantemente escrito pero, ¿era necesario decir que el acusado estaba atravesado por una procesión de pasiones? ¿Era un lenguaje aceptable para el foro aclarar que su alma primaveral estaba llena de pájaros? Siguió leyendo sin embargo y, muy a su pesar, sintió que lo hacía con creciente placer y buen humor. Mucho antes de terminar, su decisión ya estaba tomada: absolvería al acusado de toda culpa y cargo. Con un súbito arranque de inspiración, tomó de un recóndito cajón la estilográfica regalo de graduación y comenzó a borronear endecasílabos. Este sería un fallo memorable –se dijo– y causaría sensación a lo ancho del planeta.

 

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