CORTOCIRCUITO
Nicolás Montiel PuertaEl incendio comenzó en la tercera planta, en la sala de vistas del penal número 2. El fallo habitual: la magistrada comenzó a vomitar chispas, poniendo fin al eficiente control de los interrogatorios; luego, al abogado de la defensa se le ocurrió arrojarle el agua de la botellita que portaba en su maletín. Los informáticos, verdaderos responsables de la reciente transformación del Derecho, acudieron enseguida, pero ya no pudieron hacer nada. La juez, modelo Amanda 23.0, se retorcía en su asiento sin dejar de repetir la palabra improcedente.
En la cafetería de enfrente, los funcionarios y abogados en cuyo pecho todavía latía un corazón humano se lamentaban, entre cafés y orujos, del colapso judicial que la inteligencia artificial había agravado.
Yo recordé mis primeras palabras como ministro: “Es un gran desafío, pero con el esfuerzo de todos, vamos a modernizar de una vez por todas la justicia de este país…”
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Me ha encantado Nicolás. Es el caos en acción. Enhorabuena y suerte.
Buenas tardes, te agradezco tus palabras, y te deseo un buen fin de semana.
Ja ja, muy bueno. Divertido y no del todo disparatado, pues no sé si lo verán nuestros ojos, pero algo de real tiene ese futuro imaginario tuyo. Mi voto y suerte.
Buenas tardes, muchas gracias por tu comentario. Si llego a ministro cuento contigo…
Al final vamos a tener que pensar primero antes de actuar, y si no, al tiempo.
Chulísimo tu relato.
Muy agradecido por tu comentario y tu voto. El futuro nos está desbordando pero no hay que perder la esperanza.
Jajaja, qué locura, qué caos, qué… bueno!
Felicidades por el premio de marzo y por esta historia de abril.
Un abrazo enormísimo.
Te agradezco mucho tu comentario y tu felicitación por el premio de marzo (honestamente, y dado el nivel que hay y que tú ejemplificas mes tras mes, no me lo esperaba).
Un abrazo
Disparatado relato. Espero que Amanda siga repitiendo «improcedente» hasta la eternidad. Mientras… yo espero en la cafetería, hasta que se acabe el orujo. Muy bueno.
Muchas gracias por tu comentario. Te dejo pagado un orujo.