La promesa
Laura Sotelo«Apostamos por la energía ecológica».
Así rezaba el titular que pretendía renovar la confianza del pueblo en una empresa sospechosa de contaminar nuestras aguas.
Estaba en mi último año de Derecho cuando despidieron a mi madre por alertar de un vertido de residuos tóxicos.
Una víctima asequible que sirvió para callar bocas y continuar mermando la riqueza natural de la zona.
La toxicidad de las aguas destruyó la única alternativa de supervivencia para muchas familias. Pero los hechos no pudieron ser probados y la empresa continuó con su actividad.
Después de muchos años recopilando testimonios e informes, tengo las pruebas necesarias para demandarles por daños medioambientales y delito contra la salud pública.
Se lo prometí a mi madre, y aunque ya no está para verlo cumpliré mi promesa.
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El Derecho y las leyes están concebidas para regular la sociedad, hacer mejor la vida de la gente. Tu protagonista vivió en carne propia una enorme injusticia, con fatales consecuencias colectivas y también personales. Con ayuda de su profesión puede reequilibrar un poco algunos desmanes del pasado. Ojalá tenga suerte, aunque, con independencia del resultado, solo intentarlo ya merece la pena. Su empeño nunca será estéril, con él añadirá paz a su madre, allá donde se encuentre, como también a sí misma.
Un saludo y suerte, Laura
Muchísimas gracias, Ángel. ¡Intentarlo ya es a veces ganar!
Este tipo de promesas impulsan poderosamente los cambios. Son una bendición.
Mucha, y buena, suerte, Laura.
Gracias, Manuel. Un saludo enorme!
Gracias a personas así, avanzamos.
Mucha suerte.
Gracias Margarita. ¡¡Un saludo!!