PENA DE MUERTE
Margarita del BrezoComo es natural, me declaré inocente, pero la parte contraria alegó que las pruebas obraban en mi contra y me condenaron sin que mi abogado, un tipo abstruso al que contraté por ser el más asequible, hiciera nada por evitarlo. Puso mucho empeño, eso sí, en convencerme de que la mejor alternativa en estos casos perdidos era sin duda la silla eléctrica. Y tenía razón. Horas antes de mi ejecución hubo un corte en el suministro de luz porque se llevaron los cables de cobre del tendido y tuvieron que posponerla. La vez siguiente saltaron los plomos al accionar la palanca; luego que si al renovar la potencia resultó insuficiente; que si un rayo cayó en el generador. El caso es que años después no han logrado acabar conmigo y hay quien empieza a creer que igual las energías renovables somos lo que el mundo necesita para mantenerse con vida.
+25
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Una historia muy original. Ojalá que nunca puedan condenar a las renovables. Son nuestra salvación más segura. Mi voto y enhorabuena.
Esperemos que no, que tengan una larga vida, y el Planeta con ellas (por la parte que nos toca).
Gracias por comentar, Juan Manuel.
Saludos
Muy original, Margarita, como siempre. Mi enhorabuena y mi voto
Hay que renovarse, como la energía, aunque la imaginación a veces hace aguas y sufre riesgo de inundación. Aquí sigo, aprendiendo a nadar.
Gracias por comentar, Isabel.
Otra vuelta de tuerca al tema de las energías renovables y la sostenibilidad, en clave macabra esta vez, pero muy original y con un punto cómico, Margarita!!
Me ha gustado, sí señora!!!
Un abrazo, mi voto y suerteee
Marta
Ha salido una mezcla extraña, es cierto. Menos mal que, a pesar de todo, se ha salvado la energía y las ganas de vivir. ¡Y de seguir contando!
Muchas gracias y un abrazo.
Genial, Margarita. Es un placer leerte.
Suerte y voto para tu relato.
Besos.
Jo, así da gusto, Ana Isabel. Me das mucha «energía» siempre con tus generosos comentarios.
Besos.
La prueba de que algo estamos haciendo mal es confiar en las energías actuales que, además de contaminantes, pueden fallar más que una escopeta de feria. La realidad es tozuda y muestra una y otra vez el error matar, o desdeñar, que viene a ser lo mismo, lo que puede salvarnos.
Es muy difícil que el mundo realice el cambio que debería, pero seguro que todo el que lea esta buena historia recibirá un aldabonazo en su conciencia, por ahí empiezan muchas cosas.
Muy buena historia, Margarita.
Un abrazo y suerte con ella.
Nos cuesta aprender, pero a base de repetir errores, algo se nos va quedando. Y si contar historias de estas locas ayuda, pues las veces que haga falta.
Gracias por tus comentarios, que siempre suman.
Un abrazo, Ángel.
Buena historia, Margarita! Mi voto para las energías renovables. Un abrazo.
Gracias, campeona, de su parte y de la mía.
Y a seguir inventando mientras nos quede energía.
Un abrazo.
Enhorabuena por tu relato, Margarita. Una gran descripción de un cliente aliado con las energías renovables. Tienes mi voto. Un abrazo.
Hay que intentar aliarse siempre con los ganadores, aunque pierdan.
Muchas gracias por comentar, Juan Carlos. Un abrazo.
Un voto a la imaginación. Suerte amiga.
¡Gracias, Amigo! La voy a necesitar (la suerte), y las renovables, también.
Ostras, qué humor tan macabro!!
Felicidades, por tu originalidad.
Suertísima con él.
Se me ha ido un poco la mano, pero al final hemos salido ilesos.
Gracias por comentar
He dado enviar antes de tiempo. Pues eso, que se me va la mano
No puedo evitarlo, deseo firmemente que la pena de muerte de tu prota jamás se materialice. De hecho, debería ser indultado como algunos presos en Semana Santa, porque, desde luego, no está de Dios que muera. Brillantísimo relato, Margarita. Me ha encantado. Enhorabuena, mi voto y un abrazo
Creo que ya te lo he dicho alguna vez, Nicolás, pero no me importa repetirme: me encantaría leerme como tú me lees.
Y dicho esto, por supuestísimo, larga vida a las renovables.
Mil gracias y un abrazo.
Ya me había enganchado la historia con la no ejecución (de una forma u otra). Pero no me esperaba ese final para nada. Chapó.
Un abrazo, Margarita.
Eso intento, buscar finales felices, y si no puede ser, pues al menos que lo parezcan y nos hagan sonreír.
Muchas gracias, María.
No a la pena de muerte, sí a las energías renovables y sí a este gran relato, suerte Margarita!
Me uno a tu «grito», incluida la suerte para mi relato.
¡Mil gracias, Wibo!
Renovables y renovadas. Superviviente a los efectos de ella misma.
Buena vuelta de tuerca.
Mi voto, como siempre, Margarita.
Un abrazo.
Aquí hay que dar muchas vueltas de tuerca y estrujar la imaginación para poder estar a la altura de algunos de vosotros. Sois un buen estímulo.
Gracias, como siempre, por tu generosidad, Manuel.
Un abrazo.
Relato con giro final inesperado. Una vuelta de tuerca muy eficaz.
Te doy mi voto y un abrazo con mi deseo de que tengas mucha suerte.
Muchas gracias, Lola. Hay que dar un giro, con mucha energía, para mejorar.
Un abrazo
Divertida y original tu historia. Enhorabuena y mi voto.
Muchas gracias, Manuel. Objetivo conseguido entonces.
No has podido construir una argumentación mejor para la defensa de las renovables. Enhorabuena.
Bueno, un poco «in extremis», se nota que no tengo mucha idea de leyes, pero que no sea por no ayudar.
Muchas gracias, María
Yo, que trabajé en las energías renovables, me creo todas las historias por fantásticas que parezcan. Es por lo que me gusta tu relato y tienes mi voto. Soy nuevo en estas lides y voy leyendo y curioseando por aquí, siendo tus relatos de los favoritos para mí. Suerte y saludos.
Menudo lujo que mis historias estén entre tus favoritas, José Manuel, muchas gracias por decírmelo además.
En cuanto a las renovables, por lo que veo nadie mejor que tú para fantasear, aunque quiero pensar que algún día escribiremos una historia basada en hechos reales.
Un saludo