Telequinesia

Mar Suárez Sanabria · Noáin, Navarra 

Mi hijo quiere ser malversador de caudales públicos. Se lo dijo sin pestañear a mi socio; abogado laureado en obtener tanto la condonación de deuda para un partido político como la libertad provisional con fianza para mangantes bronceados sin bronceador. Él, mi socio, me miró perplejo, mientras me hacía un resumen de los sumarios cuya defensa debíamos preparar después de nuestras merecidas vacaciones, y preguntó a mi hijo por qué razón quería dedicarse a semejante actividad. Él, mi hijo, sangre de mi sangre, le respondió: –Porque son magos. –¡¡¿Magos?!! –exclamamos conjunta y solidariamente. –Sí… –dijo–, todos dicen que mueven el dinero, que hacen desaparecer millones de euros y los hacen aparecer en paraísos fiscales. Él, mi colega y amigo, espetó: –Quid pro quo.

 

 

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