CONDICION HUMANA

Elisa García García · Burgos 

Añoro la parafernalia, la emoción y el nerviosismo que precedía a las vistas orales y a los juicios, las noches de insomnio ante los casos raros y la satisfacción cuando los resolvía, la toga, los puños de encaje y la expresión de desconcierto de casi todos los acusados. Hecho en falta las charlas relajadas con mis compañeros de profesión y aquellos cigarros que apuraba tras las sentencias. ¡Que lejos me parece todo aquello y a la vez que cerca de este nuevo tiempo! Ahora ya retirado, me siento como un barco a la deriva o como una feria sin tiovivo y daría cualquier cosa por volver a pisar la audiencia y contemplar la cara seria del juez de turno. Ahora que tengo todo lo que durante todos aquellos años añoré, añoro aquellos años.

 

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