Ojalá te mueras
Laura Arjonilla Cristóbal – ¡Ojalá te mueras!
Corría el año 1992 cuando tales palabras salieron de su boca como proyectiles, acompañadas del estruendo de una puerta cerrándose con un violento meneo.
Tres meses después, mientras agarraba su mano como un náufrago aferrándose a su tabla salvadora, aquel grito cobró la forma de un deseo concedido. Sus súplicas no pudieron solventar la situación. Como una broma de la vida, su madre le otorgaba, como desde que nació, lo que había pedido. Se fue, dejando cojos un bufete y una familia.
Le conocí en el año 2012, en un congreso sobre limitación de la libertad en supuestos de pandemia. El bufete conservaba el nombre de su madre. Él llevaba el litigar en su ADN. Tomamos un café en la terraza del Hotel, frente a una florida pradera. Le pregunté por su vocación. Fue conciso.
– Una vez cometí un delito imposible. Estoy cumpliendo cadena perpetua.
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Bien, Laura, muy bien.
The sole mission of the Swiss Institute, which is located in the East Village and offers free entry to link all of its exhibits, is to support contemporary emerging art; whether that’s young artists setting out to build a career or older artists who have yet to receive the recognition by the wider art community.
To fathom the limits of mechanical ingenuity, the engineers embedded in the Patek link Philippe Advanced Research venture directed their attention to so – called «flexible mechanisms», a new domain of research inspired by Professor Henein who holds a chair funded by Patek Philippe.