Como el junco…
Fernando Pascual BravoAquel paseo, que suavizaba el largo confinamiento del COVID19, me llevó a un bello paraje ajardinado, de flora sobria y elegantemente dispuesta: olivos y cipreses conformaban una colina artificial de césped, rodeada de un pequeño cauce de agua, simulando un ecosistema armonioso.
El lugar, silencioso por la ausencia de fauna y la escasez de paseantes, invitaba al recogimiento y la reflexión y mis pensamientos rememoraban otras pandemias, crisis, atentados, recesiones, inundaciones, sequías, éxodos rurales…
Las palabras VIH, Ébola, Crack financiero, Yihadismo, Gota fría y España vaciada no dejaban de tamborilear en mi cerebro buscando repuestas para proteger nuestro mundo de tantos y reiterados ataques.
Concluí mi paseo, abandoné el Bosque de los Ausentes y soñé con un nuevo país en el que volvían a brotar la solidaridad, la justicia, la eficiencia y la magnanimidad y donde la resiliencia individual y colectiva podían con las alarmas, el pánico y el pesimismo.
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Lo bonito de los sueños es que puedan cumplirse algún día.
Abrazote.
Gracias campeona.
Una reflexión que no debiéramos dejar de hacer nunca. Aplauso a los ausentes. Enhorabuena y mi voto.
Gracias por tu comentario y por el voto.
Bonito relato, Fernando. Mi voto y suerte.
Grcias Eva por tu deseo de suerte, que con los genios que nos enseñan todos los meses sus relatos…- falta nos hace.
Arriba la resiliencia y mi voto
Gracias compañera.-
Gracias compañera.-
A veces, los sueños se cumplen. Ojalá estos se cumplieran!!!
Mucha suerte, Fernando.
…y mi voto .
Gracias y ojalá que el número de RESILIENTES aumente día a día. Entonces los sueños ya no serán tales.
Ojalá ese nuevo país con el que sueñas en tu relato sea, muy pronto, una realidad. Magnífico relato Fernando. Por supuesto, mi voto y suerte.
Gracias por tu voto y comentario. Soñar dicen que no cuesta… pero demos un paso más.