Imagen de perfilComo el junco…

Fernando Pascual Bravo 

Aquel paseo, que suavizaba el largo confinamiento del COVID19, me llevó a un bello paraje ajardinado, de flora sobria y elegantemente dispuesta: olivos y cipreses conformaban una colina artificial de césped, rodeada de un pequeño cauce de agua, simulando un ecosistema armonioso.

El lugar, silencioso por la ausencia de fauna y la escasez de paseantes, invitaba al recogimiento y la reflexión y mis pensamientos rememoraban otras pandemias, crisis, atentados, recesiones, inundaciones, sequías, éxodos rurales…

Las palabras VIH, Ébola, Crack financiero, Yihadismo, Gota fría y España vaciada no dejaban de tamborilear en mi cerebro buscando repuestas para proteger nuestro mundo de tantos y reiterados ataques.

Concluí mi paseo, abandoné el Bosque de los Ausentes y soñé con un nuevo país en el que volvían a brotar la solidaridad, la justicia, la eficiencia y la magnanimidad y donde la resiliencia individual y colectiva podían con las alarmas, el pánico y el pesimismo.

 

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