Imagen de perfilEl dictamen

Carmen LLopis Fabra 

El bosque había recuperado su ecosistema gracias al descanso que los humanos le habían dado. La fauna se reproducía a su antojo y las flores volvían a brotar en lugares ya olvidados. Proteger la vida era la misión primordial en aquellos tiempos convulsos.

El juicio se estaba celebrando al aire libre por medias de seguridad y había reunido a un público numeroso. Su Señoría tuvo que poner orden por los cuchicheos continuos. El fiscal y el abogado defensor realizaron sus alegatos con vehemencia, estaba en juego algo vital. El Juez se retiró para deliberar, iba a dictar sentencia in voce.

Regresó al cabo de media hora con su dictamen:

Debo condenar y condeno a los seres humanos a respetar y compartir la tierra con los demás seres vivos. En caso de incumplimiento, deberán cumplir un confinamiento anual de tres meses. Contra esta sentencia no cabe apelación solo sentido común.

 

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