CONFIANZA CIEGA
Ana Isabel Rodríguez VázquezEn pleno proceso de adaptación a los hábitos carcelarios, recibo la visita de mi esposa. La acompaña nuestro abogado y amigo, que por su gesto compungido, no parece traer buenas noticias.
-» Lo siento mucho, Juan, el juez ha decretado prisión sin fianza. Tuvo que ser un chivatazo. Esta industria es muy competitiva y no te puedes fiar de nadie. Han descubierto la doble contabilidad y embargado tus cuentas. Te aseguro que voy a invertir todas mis energías en tu defensa, pero no pinta bien.»
Se muestra abatido, pesaroso, mientras mi mujer solloza lamentando nuestra ruina.
Le recuerdo que tenemos separación de bienes, así que podrá retomar de nuevo la producción y conservar su patrimonio.
Les veo alejarse por el pasillo. Él cabizbajo, y ella, la pobre, intentando animarle con palmaditas en la espalda y acariciándole la nuca. Como me hacía a mí, cuando tenía un mal día…
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Vaya, vaya.. ese pequeño y casi inapreciable gesto, justo justo al final del relato, todo lo que revela… bravooo!!!
Muy buen cuento, Ana!!!
Me ha gustado mucho… te envío mi voto y un abrazo, como siempre!!!
Marta
Muchas gracias, Marta.
Un abrazo.
Excelente relato .Al final él descubre el pastel, cuando ellos se alejan.
Gracias, Aurora.
Un abrazo.
Para ser un buen profesional, un abogado debería ser lo más objetivo posible. El de tu relato parece motivado por intereses externos al caso que, irremediablemente, acabarán por afectar a la eficacia de su defensa. Lo peor es que su cliente también ha empezado a conocer las razones que le mueven, cuál será el resultado del juicio y lo que se cuece ahí afuera mientras él permanece (y permanecerá) encerrado.
Un relato que demuestra que siempre necesitamos alguien en quien confiar, sobre todo en los momentos críticos, pero a veces no hacemos buenas elecciones.
Un abrazo y suerte, Ana Isabel
Tienes razón, Ángel, este abogado no ha hecho una buena elección y le va a costar un tiempo de encierro. Gracias por comentar y por tu voto.
Besos.
Buena historia, Ana. Y mejor final. Mi voto para tu desgraciado protagonista. Un beso.
Que lástima, el pobre… Si es que no se puede ser tan confiado!!.
Muchas gracias Eva.
Besos .
Ay, esa caricia en la nuca… Hay gestos que delatan a una persona más que una confesión. Eso sí, lo del amigo y abogado, dejándose hacer, no sé, no sé, yo nunca me fiaría de un abogado que me visitara con mi mujer en la cárcel… En fin, precioso relato, muy bien contado y rematado. Brillante. Enhorabuena, mi voto, y un abrazo
Muchas gracias Nicolás, me alegra que te haya gustado. El tuyo me parece genial.
Un abrazo fuerte.
Un mensaje final con un solo gesto muy contundente. Merecería la pena incluso continuar la historia. Enhorabuena y un saludo.
Hola, Francisco. Gracias por tus palabras, eres muy amable.
Un abrazo.
Está claro, Ana Isabel, que el abogado es «amigo» en el sentido de las «cantigas de amigo».
Vaya pájaro. A saber quién está detrás del chivatazo.
Mi voto, mucha -y buena- suerte y un abrazo.
No queremos amigos de estos¿ Verdad, Manuel?
Jejeje .
Gracias por tu comentario y tu voto.
Besos.
Enhorabuena.
Le has dado una vuelta de tuerca, con el mismo sentido, al relato ganador de la X edición, con un final más sutil, y utilizando palabras nuevas, siendo el otro más directo y sorpresivo en el final, en comparacion con el tuyo, que desliza delicadamente la situación en la que se encuentra inmerso el reo.
Te doy mi voto
Hola, José María. Es cierto que en ambos relatos hay una mala malísima y un marido entre rejas, jajaja.
Ni me había dado cuenta… Se nota que eres un fiel seguidor del concurso.
Muchas gracias por leerme y por el voto.
Un abrazo.
Te comento, además lo que cita una página de escritura creativa…
«,Reescribir algo que ya existe para cambiar al narrador, al protagonista o la historia misma es siempre un ejercicio muy educativo. Por un lado, te tienes que sumergir en aguas que no son tuyas. Por otro, tienes que mantener el espíritu original hasta hacerlo reconocible.
Este ejercicio para escritores busca precisamente eso: sacarte de tu zona de confort para meterte de lleno en el cuento de otro.
Como verás, has acertado. Ahora a esperar el reconocimiento de la «plebe».
Hay gestos que gritan más que las palabras.
Muy buen micro, Ana Isabel. Mucha suerte y mi voto para ti.
Besos apretados.
Muchas gracias, Pilar. Estoy contigo en que los gestos pueden ser muy reveladores.
Un beso grande.
Muy bien llevado, y el giro final… ¡chapeau! Una frase muy simple pero muy elocuente que cambia todo el sentido del relato.
Mi voto y un abrazo, tocaya ;)
Agradezco mucho tus palabras, Ana. Y tu voto, jejeje.
Un abrazo.
Muy bueno, Ana. Con ese final tan revelador en una caricia. Al menos, a tu protagonista ya no le queda ninguna duda de lo que tiene que hacer si quiere tener opciones de evitar la cárcel… Mi voto y un abrazo!!
Me alegra que te guste, Juan. Gracias por comentar y por el voto.
Otro abrazo para ti.
Pinta mal la cosa, pero no así tu relato.
Mucha suerte, Ana Isabel.
Muchas gracias, Margarita.
Besos.