Lo que no se enseña

OLATZ ORTEGA ESPILLA · BARAKALDO (BIZKAIA) 

Cuando en mi último año de universidad, sentada en el aula, escuchaba hablar a mi profesor de derecho civil, un tipo inteligente, ecléctico…, algo dado a divagar pero que amaba su trabajo, recuerdo haber pensado “cuánto sabe”. Y me decía a mí misma que, al licenciarme, sabría tanto como él sobre derecho, que finalmente podría tener respuesta a todas las preguntas que me formularan. No fue hasta mucho más tarde cuando descubrí todo lo que no decían aquellos libros que tanto hablaban de patria potestad, de guarda, tutela y curatela. Libros que, lamentablemente, no enseñaban a afrontar de cara el desamparo, la amarga realidad de un mundo que era el día a día de mi cliente, ni cómo hilvanar esperanza en un tapiz de tristezas sólo con la noble, a veces débil, y siempre insuficiente aguja del derecho.

 

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