CUÉNTAME, SHEREZADE
Manuel de la Peña GarridoUna noche le contó la historia del abogado Babá y los cuarenta corruptos. Otra, los casos de derecho marítimo de Simbad y asociados. Lunas después, le cautivó con los juicios de Aladino y su genial pasante de la lámpara maravillosa. Prosiguió narrándole las desventuras del fiscal dedicado a investigar al Ladrón de Bagdad por las arenas del desierto. Engatusando al califa con relatos sobre picapleitos (personajes interesantes, aunque obsesionados por sus honorarios), Sherezade evitó la condena a muerte que le aguardaba en palacio. Tras 100.001 veladas, extinguida la dinastía califal, desaparecido el reino de lejanas lindes, la cuentista consiguió algo más: el mismo Juez Supremo, deseando castigar (siquiera fuera en la ficción) a los insolentes juristas, le conmutó la pena capital de todo ser humano. A cambio de esta licencia de inmortalidad, Sherezade debía inspirar sátiras sobre abogados a apasionados microrrelatistas. Así surgieron muchos cuentecillos de un popular concurso literario.
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Esto es un metarrelato, ja ja. Suerte y saludos a Sherezade.
Gracias, Ángel.
Te concedo la venia para que saludes tú mismo a la inmortal musa/cuentista, porque creo que la tienes muy cerca y se porta muy bien contigo, inspirándote con suma finura.
Suerte para ti también.
Con una musa como Sherezade, hay cuentos para rato. Lo de buenos cuentistas ya es más difícil, pero ella ha sabido elegir.
Saludos, Manuel. Y un placer leerte, como siempre.
Gracias, Margarita. A veces me pregunto si no serás tú misma la musa inmortal. Así que cuéntanos y sigue contándote a ti misma.
Hola, Manuel.
Qué cuento tan delicioso. Me gusta mucho la protagonista y el aire legendario y actual, al mismo tiempo, que has imprimido a tu historia.
Por qué no pudo ser tal y como lo cuentas. Yo me lo he creído a pies juntillas, por tanto, felicidades y mucha suerte para fin de mes.
Abrazos y admiración.
Que una lectora tan empedernida como tú, María, hable de «aire legendario», que diga que se ha creído la historia, me llena de satisfacción. Que además lo haga una narradora que tiene a Sherezade permanentemente a su vera, susurrándole al oído originales e imaginativas historias, me mueve a dar volteretas.
Muchísimas gracias, Towanda, por tus palabras, generosas como siempre. Y por transmitirnos tan bien, un mes detrás de otro (pronto 1.001 meses), los relatos que te cuenta esa musa inmortal.
Toda la suerte para ti.
Un abrazo.
Precioso microrrelato. O micrometarrelato. Sustrato legendario del concurso. Connotaciones borgesianas. Eternas 1.001 o 100.001 noches.
Felicidades.
Muchas gracias, Ana.
Ojalá este micro tuviera algún poso del (en este caso sí) inmortal Jorge Luis Borges, a quien, por razones espurias y extraliterarias, le castigaron sin Nobel (como hicieron con otros grandísimos escritores, como Michel Tournier, para llegar a dárselo a Bon Dylan ,cuando, puestos en esa onda, lo hubiera merecido más Leonard Cohen).
Gracias.
Un abrazo.
Bob Dylan (o Robert Albert Zimmerman), perdón por la errata.
ENHORABUENA por el premio del mes
Muchísimas Felicidades!!!
Muchas gracias, María Dolores.
Suerte con el micro de este mes. Termina utilizando la expresión «pro bono», que estuve a punto de poner antes del punto final en el micro del mes de abril.
Manuel, Manuel… no puede ser, confiésalo, tienes una lámpara maravillosa que cada mes te concede como deseo un gran relato, si no, no me lo explico, je, jeeee…
Para el mes que viene pídele que me mande un poco de inspiración, vale???
Enhorabuena y te mando mi voto!!
Y un beso, vaaale!
Marta
Muchísimas gracias, Marta.
La condición de la licencia de inmortalidad de Sherezade es que nos inspire a todos (y todas, como dicen ahora) un relato mensual. Así que, si te ha fallado (excepcionalmente, por una vez), es cuestión de decírselo al Otorgante de la licencia, para que la revoque y Sherezade pase a ser polvo (no sé si «enamorado», como en el poema quevedesco). Aunque también pudiera tratarse de una cuestión de rivalidad entre mujeres-cuentistas (en el buen sentido de la palabra), y entonces la solución se antoja más complicada. Pero con tu arrojo habitual la encontrarás.
Un beso.
Enhorabuena por el premio mensual.
Y mucha suerte con este relato, que me resulta mil y una veces evocador. Me huele a incienso y a éxito literario.
Muchísimas gracias, Eva María.
Si de verdad he conseguido que el micro huela a esencias orientales, tengo que darme por satisfecho. En todo caso, aunque pueda resultarle raro a los profanos, sabes bien que el sentido del olfato no es tan ajeno al mundo jurídico: ahí tenemos el «fumus boni iuris».
Suerte también para ti, campeona.
Manuel, muchas felicidades!!! Por tu trayectoria, por el relato de este mes, y, de un modo especial, por el premio mensual de mayo. De nuevo finalista. Enhorabuena!!!
Gracias, José Manuel.
Espero que, pronto, vuelvas también tú a ser finalista.
Seguro que Sherezade te susurrará, como siempre, una buena historia.