FADO Nº1
Nicolás Montiel PuertaÉl se llamaba Manuel. Ella Mafalda.
Él era contrabandista, ella “advogada”.
Él cruzaba el río, ella esperaba al otro lado del puente, leyendo el cartel donde ponía “Espanha”.
Él navegaba a vela y cada dos por tres naufragaba, ella acudía al rescate, con la sonrisa tensa, con la melena al viento, con su llamativo maletín verde, de cocodrilo blanco, repleto de artimañas.
Y los dos se miraban a los ojos, se acariciaban, él con las esposas apretadas, ella con la toga en la mano, con el tacón afilado, desplegando su magia.
Tan contentos, tan unidos, tan seguros, sin respetar La Raya que no los podía separar, que no era frontera, que no era nada.
Y cuando Manuel, aquella última noche, no reapareció entre las aguas, Mafalda tuvo que decretar silencio y luto eterno en el Guadiana.
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Hola, Nicolás. Te doy un voto. Soy Mª Carmen Sancho. Esposas-toga: relato de peculiar relación.
Ánimo!! Tenemos que seguir escribiendo a ver si ganamos algún mes (jaja), no podemos dejarlo.
Suerte!!!
Buenos días, Mª Carmen. Muchas gracias por tu voto. Me ha faltado ponerle música al fado, pero es que tengo menos oído que Cañita Brava.
Jajaja. A mí me ha gustado lo de, él contrabandista y ella advogada…buenísimo!
Qué importante es el sentido del humor, y más, seguir manteniéndolo con los años.
Me encanta, Nicolás! Qué bien que a pesar de ganar, sigas escribiendo! Eso de que te ha faltado ponerle música no es cierto. Has creado una melodía de palabras deliciosa. Enhorabuena.
Muchísimas gracias, Eva. Dejar de escribir me resulta muy difícil desde hace muchos años. Supongo que a ti también te pasa. En fin, qué le vamos a hacer, habrá que seguir juntando letras.
Un abrazo.
Efectivamente, a fado de Barrio Alto me sabe tu relato. Una bella historia de amor muy bien contada.
Litispendiente, te quedo muy agradecido. Yo creo que todas las canciones son una historia de amor, incluso las que no lo son. Un abrazo
¡Qué bonita historia! de escritura cristalina. He escuchado a Mariza mientras la leía una vez tras otra. Sí, es un fado. Espero que vengan más. O tempo nao para.
Ah, claro, mi voto.
Mariza son palabras mayores. Vou pedir ao tempo que me dê mais tempo… Te quedo muy agradecido, Diego, por tu comentario y tu voto.
Una joya, Nicolás. Precioso y emocionante. Un poema de amor que tanto leído en silencio como en voz alta, te eriza el vello y te conmueve el alma. Esas cinco palabras obligatorias no pueden estar en mejor lugar. Si pudiera te votaría diez veces. Sólo puedo dejarte un voto; ahí va.
Muchas gracias, Manuela, por tu hermoso comentario. Que el relato/poema te haya conmovido me conmueve a mí. Un abrazo.
Hola, Nicolás.
Emocionante. Emocionante hasta hacer que el vello se erice.
Mi aplauso desde esta orilla.
Un abrazo gigantesco.
Querida Towanda, muchísimas gracias por tu comentario. Celebro mucho que te haya emocionado. Un abrazo enorme.
Tan bonito como triste Enhorabuena!!!
Muchas gracias, Juan Manuel, la tristeza y el fado, casi siempre, son primos hermanos.
El fado, el fatum, el destino. Y la suerte. Que no solo juega con dioses, héroes y villanos en las tragedias clásicas. Que también sentencia en el mundo jurídico. De ahí aquello de «tengas pleitos y los ganes».
Un abrazo, Nicolás.
En efecto, Manuel, el fatum. Y si uno cruza muchas veces un río, el que sea, al final se moja. O se ahoga. Muchísimas gracias por tu comentario. Y te amplío el refrán: «tengas pleitos y los ganes, y los cobres». Un abrazo.
Ritmo, melodía, letra, afinación, pena: no le falta de nada a tu Fado. Qué maravilla.
Muchas gracias, Margarita. Agradezco en el alma tu comentario.